Contenidos de divulgación y cápsulas de análisis
5.1 Naturaleza de los Estudios de Posgrado.
Los estudios de posgrado permiten al educando continuar su formación profesional con
Un enfoque de docencia (Maestría) o investigación (Doctorado).
Entendemos por investigación en sentido estricto, la creación de conocimiento nuevo,
lo cual equivale a empujar hacia adelante, las fronteras de la ciencia.
Ciertamente el antedicho objetivo no es fácil de alcanzar y tampoco interesa a la mayoría de las personas cuyas vidas se han fijado objetivos más pragmáticos.
Pero para quien ya ha adquirido una formación académica, la continuación de la misma representa un objetivo muy atractivo y una oportunidad para realizar una aportación efectiva a la sociedad.
Además, sabemos muy bien que los mayores bienes de la sociedad humana, son los bienes culturales.
Una buena tesis doctoral puede convertirse en un referente obligado dentro de la sociedad de la cultura.
Adicionalmente, para la realización de ciertas funciones especializadas y sobre todo dentro de la academia, se exige al postulante la exhibición indispensable de sus legítimos títulos de posgrado como requisitos "sine quanon".
5.2 Platón (Arístocles), encarnación del clasicismo filosófico racional atendiendo a las realidades metafísicas.
En el Diálogo la República, considerado el mejor reflexionado y sistemático de todos, el ameritadísimo filósofo replantea la más importante y atrevida de sus extraordinarias percepciones: la teoría metafísica de las ideas al través de la famosa “Alegoría de la Caverna” mediante la cual se intenta explicar la situación del ser humano encadenado frente al conocimiento (libro VII).
Este diálogo es fruto de las reflexiones metodológicas combinadas de Platón en los ámbitos ético-político, estético-místico y racional-metafísico.
Sabemos, como con frecuencia acontece bajo el empuje de la primera juventud, que a Platón pudo seducirle el proyecto de entregarse a la sociedad política, lo cual a la postre le inspiraría las razones del Estado legítimo, la identificación de los males del gobierno de la Ciudad, así como de los vicios del individuo, guiado por la profunda convicción de su amor a la belleza y a la Justicia bajo cuyo manto las vidas públicas y privadas pueden alcanzar su culmen.
La fecundidad de su pensamiento permitió a Platón realizar una especie de vivisección espiritual de la naturaleza o alma humanas que alcanzó a conocer sobresalientemente, para luego formular una estructuración conceptual de niveles superiores y hasta el momento clásica.
Claramente identifica el filósofo la necesidad indeclinable de una buena y armónica educación para lograr el auténtico desenvolvimiento perfectible de los individuos conforme a su propia esencialidad y atendiendo a un ideal no sólo apetecible, sino perfectamente realizable. Ampliando el sentido apuntado, el exégeta afirma que la moral ciudadana es solamente una consecuencia de la educación.
También por la Justicia, logran conjuntarse el provecho individual y el colectivo. Gracias igualmente a la Justicia, se desplazan consciente o inconscientemente la ambición y los caprichos personales, en beneficio del interés común.
Platón fue un admirador y seguidor de la educación socrática, maestro de Aristóteles y posiblemente uno de los filósofos de mayor influencia, por quien varios han dicho que después de su aportación, "la filosofía europea no es mas que un conjunto de notas a pié de página" (Schwanitz pág. 54).
BIBLIOGRAFÍA.
Platón; La República; Prólogo y trad. del griego de José Antonio Miguez; 2 ed; Aguilar; España; 1963.
Schwanitz, Dietrich; La Cultura. Todo lo que hay que saber; 9 ed; Taurus; España; 2003.
5.3 ¿Qué ha sucedido con el estudio del Derecho Romano?
Roma fué el mayor y último de los imperios de la época antigua, admirado, odiado y envidiado como ninguno.
Le correspondió en la historia transmitir a Occidente el conocimiento, el arte, la filosofía y el método racional que una "ínsula" casi perdida en el mapa, conquistada y esclavizada (la cultura helénica, sobresalientemente la "polis" ateniense), había desarrollado con genialidad. Roma se había topado fontalmente con la Grecia inmortal.
La potencia conquistadora, tosca y primitiva, resultó culturalmente avasallada y civilizada por la nación conquistada.
Una dirigencia patricia extremadamente cruel y necia en su ambición, surgida de la alianza de familias tribales sabino-etrusco-latinas, con un Derecho privado y primitivo, no hubiera trascendido sin la configuracion de "la cosa pública" y el poder de conceptualización y sistematización aportado por los griegos.
Existió sin duda un primigenio Derecho consuetudinario y casuístico que pudo evolucionar, formalizarse, procesalizarse, compilarse e incluso enseñarse "in situ" gracias a los sabinianos con Sabino, Longino, Juliano, Valente, los proculeyanos con Próculo, Celso, Nerva y sobre todo las Instituciones de Gayo.
Esta última obra clásica, es la mejor fuera de la tradición justinianea, habiendo consolidado instituciones universales de manera coherente y comprensible derivadas del pragmatismo de las magistraturas, de la extraordinaria aportacion griega y de la sabiduría de sus herederos los jurisconsultos provistos del "ius publici respondendi" del "scribere" y del "instituere". Otras relevantes Institutas que nos llegan fragmentarias, fueron las de Florentino, Calistrato, Paulo, Ulpiano y Marciano.
La cultura jurídica latina, a la postre recuperada y enriquecida por el cristianismo, fue del todo superior a otras que no la recibieron.
La compilación justinianea obviamente no nace por generación espontánea y si pudo construirse y transmitirse, fue porque se alimentó de toda una tradición jurídica precedente y ulterior en las diferentes etapas que la fueron conformando desde sus orígenes arcaicos, su período clásico, la etapa "vulgarista", la dicha justinianea, su recepción medieval, el "usus modernus pandectarum", la pandectística alemana, el neohumanismo, etc.
En las jóvenes universidades medievales teológico-filosóficas, el estudio del ahora Derecho Romano-Canónico expresado en su idioma originario, adquirió una importancia sobresaliente dando lugar a su adaptación e interpretación teórica y práctica.
De todo ello fue consciente el mundo en los albores de la globalización y de la modernidad, incluso entre el estudiantado de las pragmáticas universidades anglosajonas y de las positivistas y anticlericales universidades napoleónicas.
Nuestro lenguaje jurídico es latino. Ni siquiera podemos expresar los sistemas medievales o germánico, por citar ejemplos, en otros términos que los romanos. Las naciones de occidente, ténganlo o no presente, viven el Derecho Romano.
El estudio del Derecho Romano se convirtió así en un clásico insustituible para una sólida introducción no a la historia, sino a los estudios jurídicos contemporáneos, a sus conceptos fundamentales, a sus principios generales y a sus valores, con ensayos, textos y diccionarios tan conocidos en la materia como los de Savigny, Ihering, Ortolán, Heinecio, Foignet, Petit, Villey, Kunkel, Merryman, Berger, Margadant y tantos otros.
Ante el desprecio e incredulidad actuales acerca de la validez y utilidad de la jurisprudencia clásica, una decidida tendencia "desromanizadora" se ha impuesto en casi todas las escuelas y facultades de Derecho, tanto públicas como privadas de México e Iberoamérica.
Ello no representa solamente la pérdida lamentable de una asignatura, sino un inconcebible retroceso ante la formación jurídica y humanística del estudiantado, una relajación de la auténtica disciplina intelectual que afecta a educandos y docentes, un punible desconocimiento de nuestros orígenes culturales y una abierta traición a los bienes perennes de la justicia y el humanismo.
5.4 La Planeación Nacional del Desarrollo y el auténtico progreso.
Solamente creando y distribuyendo adecuadamente riqueza, como resultado de procesos productivos y distributivos eficaces, será como pueda combatirse la pobreza.
Ningún tipo de ideología sirve para producir. Los procesos productivos son objetivos. Se produce o no se produce. Se produce costosa e ineficientemente, o se produce con suficiencia, rapidez y eficacia. Toda sociedad humana demanda satisfactores que deben ser producidos y puestos a disposición de la sociedad que los requiere y por lo tanto demanda.
Cualquier ideología resulta perjudicial y obstaculizante frente a los procesos productivos y distributivos tales como son en la realidad pragmática de las sociedades humanas. Las ideologías mal llamadas "derechistas", obstaculizan, encarecen, concentran y privilegian antisocialmente los procesos productivos y distributivos.
La aplicación de las ideologías mal llamadas "izquierdistas", en sus diversas variantes, suelen tener efectos sociales aún más nocivos y depauperantes, afectando
en mayor grado e incluso destruyendo sin capacidad sustitutiva, los procesos económicos productivos y distributivos, como de manera comparativa e histórica, se encuentra ampliamente demostrado.
Consecuentemente, la planeación nacional del desarrollo productivo con su indispensable enfoque social, debe ser el resultado de consideraciones y factores objetivos, tanto de mediano como de largo plazo y no de naturaleza meramente discursiva, ideológica, emocional, de buenos deseos y/o actitudes prejuiciosas. Deben tomarse en cuenta las circunstancias impuestas por la realidad económica tales como la estructura e inserción en los mercados y su capacidad de absorber la infraestructura y organización creadas, la disponibilidad de capitales humanos y financieros, etc.
La imposición de decisiones irreflexivas, así como la improvisación en estas delicadas materias, suelen ser extremadamente costosas en términos económicos y por ende sociales. Y quienes acaban pagando el precio mas penoso y abrumador de este tipo de errores, son precisamente las clases sociales en general y las más desvalidas en lo particular, estas últimas a quienes frecuentemente se dice que se intentaba favorecer.
Si "El Progreso" implica un proceso continuo de evolución justo, sensato, integral y perfectible del ser y acaecer humanos en armonía con su entorno y los recursos que del mismo requiere, cabría preguntarnos si la humanidad en realidad lo está alcanzando.
Respondiendo podría decirse que una tendencia hacia la exageración unilateral y al fasto, aunada a percepciones caprichosas e ilimitadamente ambiciosas ejercidas por dirigentes poderosos, parece haber caracterizado y seguir haciéndolo, a la historia universal humana.
El resultado de ello se manifiesta en la ruptura del equilibrio biológico e intelectual que debiera prevalecer en y entre todos los seres humanos, así como con las diversas formas de vida que existen en nuestro mundo, el cosmos o universo en general y el orden material y espiritual de la creación.
Se afecta desde luego el tipo de conocimiento que la cultura humana desarrolla, transmite y aplica, el cual debiendo propiciar un sensato equilibrio holístico y materialmente autosustentable, se vuelve fragmentario y tendencioso, atiende solamente a requerimientos circunstanciales y de corto plazo y alimenta por añadidura intereses egoístas y mezquinos de un puñado de super poderosos despreciando olímpicamente las necesidades más elementales y requerimientos formativos de la sociedad humana.
Así hemos visto documentadamente que a lo largo de la historia de la humanidad, desde épocas arcaicas, la mayor parte de las personas se han encontrado formal o materialmente en situación esclavizada, servil o manipulada, que las guerras ocasionadas por rivalidades y ambiciones económicas y de dominación, han sido el pan nuestro de cada día y que las obras faraónicas, devastadoras de las economías populares así como del medio ambiente, han constituído sistemáticamente eventos reiterativos. Al estilo y circunstancias de cada época histórica, salvo en algunos momentos excepcionales, ya se trate de la etapa antigua, media, moderna o contemporánea, los patrones del "progreso" alcanzado, han sido conceptualmente similares y todos fragmentarios o deficientes.
Hoy por ejemplo, prevalece un modelo desarrollista industrial automatizado, culturalmente mediocre pero altamente tecnológico y consumista, que resulta fuertemente contaminante, enemigo de la mano de obra y destructivo de la biodiversidad, del equilibrio ecológico, del medio ambiente en general e incluso de las culturas humanas originarias.
Existe también un sistema cupular y evasor de administración de los recursos financieros el cual propicia una enorme concentración de los mismos e impide prácticamente de manera absoluta su adecuado acceso y distribución entre las mayorías poblacionales que los necesitan.
No ha logrado desarrollarse una auténtica comprensión y solidaridad humanas dentro de la diversidad, una cultura ética, una integración respetuosa y armónica con las formas de vida vegetales y animales, un correcto y autosustentable equilibrio material con el medio ambiente, ni una economía distributiva y suficiente, pero inteligentemente moderada. Con indeseable frecuencia se ha carecido de gobiernos y administraciones públicas eficientes, responsables y dotadas de una auténtica vocación de servicio. Se manipulan constantemente la información, la educación y los esfuerzos democráticos de las naciones para al final del camino favorecer o imponer mediante acuerdos obscuros, a dirigencias negativas, incompetentes o simplemente al servicio de intereses contrarios al beneficio general de la población de dichas naciones y del mundo. Lo "politicamente correcto" muchas veces representa lo humana e históricamente incorrecto. Ese es el tipo de "progreso" que confrontamos.
Hay sin embargo, quienes no dejándose llevar por el tipo de patrones conductuales desarrollistas socialmente establecidos y muchas veces rompiendo incluso con sus propias familias, se lanzan a la búsqueda de una integración cosmogónica holística, logrando descubrir un universo alterno mucho más integral y armonioso que forma parte de nuestra verdadera naturaleza física y espiritual y no de deformadas percepciones impuestas.
Formas son de ver al mundo y de asumir nuestras más íntimas decisiones.
5.5 Decisión Política y Evolución Económica de México en el Último Siglo.
Indice
5.5.1 Importancia de México y de su economía en el contexto internacional.
5.5.2 Aspectos acerca de la distribución de la riqueza en México.
5.5.3 Discusión sobre la clase media.
5.5.4 Ideologia y comportamiento macroeconómico.
5.5.5 Las devaluaciones del peso.
5.5.6 Comentarios sobre la economía porfiriana.
5.5.7 Los inicios del “Crecimiento Sostenido” (1932-1940).
5.5.8 La aceleración industrial (1940-1962).
5.5.9 Consolidacion del “Desarrollo Estabilizador” (1963-1972).
5.5.10 Etapa de crecimiento “Insustentado”(1973-1981).
5.5.11 La crisis de (1982).
5.5.12 Etapa de estancamiento (1983-1988).
5.5.13 Período de bajo crecimiento(1989-218).
5.5.14 Etapa contemporánea.
5.5.1 Importancia de México y de su economía en el contexto internacional.
México forma parte relevante del continente americano cuyo descubrimiento y encuentro por parte de los europeos ocurrido el año de 1492, significó un enorme cambio histórico para el mundo en general que se tradujo en un vuelco para la Historia Universal.
La primera gran potencia del mundo moderno fue España, la cual ejerció su hegemonía durante tres siglos en la mayor parte del Continente Americano. Fue por la recién unificada España, que los nuevos países iberoamericanos creímos en Jesucristo y hablamos en Español.
El impacto económico que tuvo el descubrimiento de América y el aprovechamiento de sus riquezas en la vieja Europa, ocasionó incluso un fenómeno inflacionario debido a la aparición del circulante monetario generado en el nuevo continente.
Es un hecho comprobado que fue dinero americano el que financió la primera etapa de la Revolución Industrial que particularmente llevó adelante con gran éxito Inglaterra.
Errores políticos, debilidades congénitas y una mala administración, ocasionarían la decadencia del Imperio Español, el cual fue sustituido por una emergente Inglaterra que extendió sus dominios hasta el continente Asiático y el lejano Oriente, mientras los pueblos americanos iban consolidando sus independencias nacionales y recayendo bajo la égida norteamericana.
En ese contexto, nuestro país alcanzó la independencia el 27 de septiembre de 1821, como culminación del proceso revolucionario iniciado el 15 de septiembre de 1810 por el padre Miguel Hidalgo y Costilla Gallaga.
5.5.2 Aspectos acerca de la distribución de la riqueza en México.
En México como en la mayoría de los países del mundo, existe una pésima distribución de la riqueza.
Es destacable la existencia de una extrema concentración dineraria en un porcentaje muy reducido de la población total del país y del mundo, coexistiendo tal situación con una gran parte de la población depauperada.
Las proporciones de los extremos antes mencionados, resultan absolutamente contrastantes, ya que la máxima riqueza se concentra en muy pocas manos, mientras que los niveles de pobreza cuantitava y cualitativamente considerados, afectan a la mayor parte de la poblacón nacional.
Apretujada entre la extrema y mayoritaria pobreza, se encuentra la denominada clase medía, a la cual nos referimos en el siguiente punto.
Analistas que utilizan parámetros internacionales para la medición de la riqueza en el mundo, han detectado que en el caso de México paradójicamente se ha incrementado el número de ricos y multimillonarios, al mismo tiempo que ha aumentado también la cantidad de personas ubicadas en situación de pobreza.
Si estimamos una población nacional de 129 millones de habitantes, cerrando cifras, las personas que acumulan la mayor cantidad de riqueza del país representarían aproximadamente un millón y medio de individuos o tal vez menos, tomando en cuenta exclusivamente a los verdaderos generadores de esa riqueza y excluyendo del cómputo a quienes, pertenecientes a su círculo cercano, se benefician de esa riqueza pero no la generan.
Por otra parte aquéllos ubicados en situación de pobreza, representarían aproximadamente la cantidad de 74 millones de personas.
Por lo que atañe a la parte restante entre los ricos y los pobres, bajo la heterogénea denominación de “clase media”, se podrían cuantificar 55 millones de personas.
Es interesante mencionar que para la medición de la riqueza, los analistas internacionales utilizan al dólar norteamericano como divisa común, señalando que una persona millonaria es aquélla que teniendo resueltas todas sus necesidades y gozando de otros beneficios previamente solventados, cuenta dentro de su patrimonio líquido con un millón de dólares o más o con ese monto fácilmente liquidable.
Bajo ese criterio si a los ricos de México los clasificamos en millonarios a secas o de primer nivel, multimillonarios y archimillonarios, estaríamos hablando en el primer caso, de unas trecientas mil personas, en el segundo, de otras treinta mil y entre los propiamente archimillonarios, sólo se contabilizarian entre cincuenta y cien personas.
Respecto de lo anterior, quedan por supuesto excluidas todas las demás personas pertenecientes a la llamada clase alta, definida en términos estrictamente económicos.
Los datos anteriores nos brindan una clara idea de la pésima distribución de la riqueza que existe en el mundo y en México, así tambien como de la elevadísima riqueza que se concentra en muy pocas manos, tomando en consideración las cifras de la demografía nacional.
Debe aclararse que el anterior, es un fenómeno generalizado en el ámbito mundial y no es por lo tanto, exclusivo de México.
Desde el punto de vista teórico, hay quienes imputan al sistema de produccion y de intercambio de bienes y servicios denominado “capitalista”, la causa o motivo de la dispar distribución de la riqueza antes descrita.
Sin embargo de lo anterior, puede considerarse que el capitalismo en sí mismo no sea la única causa o determinante de la referida problemática, sino el mal uso que se realiza del mismo, por quienes tienen la capacidad de tomar decisiones de carácter general.
La eficiencia productiva del sistema capitalista no está en entredicho. El problema se encuentra en los mecanismos de distribución de la riqueza que de ese modo ha sido generada.
Se requiere por lo tanto una evolución del uso del capital y de sus sistemas productivos hacia un verdadero compromiso con la responsabilidad social inherente, combatiendo enérgicamente la exagerada concentración de la riqueza.
5.5.3 Discusión sobre la clase media.
La llamada desde antiguo clase media, representa dentro de las naciones un indicador de salud y equilibrio económicos.
Cabe destacar que las divisiones de las clases sociales por sectores económicos siempre ha existido en aquellas agrupaciones sociales que han alcanzado un nivel de organización política y estabilidad desde el mundo antiguo.
Este fenómeno se reproduce con sus características propias en la época contemporánea, permitiendo la distinción entre los grupos más pobres y los más ricos fundamentalmente, pero admitiendo también a un sector intermedio que hoy por hoy denominamos clase media.
En la medida en que los indicadores económicos nos permiten apreciar una reducción entre los extremos antes señalados de las personas muy adineradas y las más depauperadas, se ensancha el horizonte intermedio de las clases medias y se acortan cualitativa y cuantitativamente las diferencias entre ricos y pobres. De ahí la importancia de este estrato intermedio al que aludimos.
Sin embargo de lo anterior y curiosamente, el estrato clasemediero resulta ser el más vulnerable de los tres que hemos mencionado, ya que los muy ricos suelen disponer de mecanismos de defensa para preservar en su caso y salvaguardar sus intereses, mientras que la innata debilidad de los más pobres suele contribuir al indeseable mantenimiento de su lamentable estatus económico.
De modo que para efectos prácticos, la consolidación de la clase media se encuentra siempre sujeta a factores que la amenazan y la deterioran, como pueden ser malas decisiones de política económica, fuertes factores inflacionarios, recesiones internacionales, ataques políticamente ideologizados, procesos de elevado endeudamiento nacional, reducción o ausencia de inversión nacional o extranjera, elevadas tasas de interés, carencia de apoyo crediticio, problemas de infraestructura y de servicios, etc. En muchas ocasiones el peor enemigo de la clase media es su propio gobierno por favorecer cualesquiera de los factores antes mencionados.
A pesar de todo, la resistencia a los ataques sistemáticos que reciben las clases medias, permiten seguir considerando su clasificación, siendo las etapas más favorables para su desarrollo, aquéllas que garantizan períodos de estabilidad económica y propician los factores económicos que permiten su expansión, pero que no dependen de las personas que integran a este sector sino de las autoridades públicas, los grandes empresarios y las condiciones de los mercados internacionales.
Las clases sociales según el INEGI y el B.M.
Según el INEGI, la mayoría de la población mexicana vive en la pobreza, una minoría se considera clase alta y lo que resta se califica dentro de la clase media.
Los consumidores pueden ubicarse de acuerdo a su ingreso y acumulaciones.
Ingresos de las Clases según Banco Mundial u OCDE
56.6% Clase baja 11,343 pesos promedio
42.2% Clase media 22,927 pesos promedio
1.2%Clase alta 77,975 pesos promedio
% Acceso a bienes y servicios de la clase media (seis indicadores)
74% Internet
55.3% Televisión de paga
61.1% Automóvil
41.7% Tarjeta de crédito
31.5% Escuela privada
20.4%. Servicios domésticos
Una estimación propia de las variables anteriores, nos puede conducir al señalamiento de límites inferiores y superiores promedio de ingresos más o menos estabilizados, entre las tres clases sociales primordiales primeramente señaladas, a saber:
Clase baja, entre 14,000 y 10,000 pesos mensuales
Clase media, entre 38,000 y 20,000 pesos mensuales
Clase alta, entre 102,000 o más y 52,000 pesos mensuales
Nota: Dado que los límites de ingresos en las clases sociales no son exactos ni absolutos se podrá observar que tanto en los límites superiores como inferiores, se ha establecido una zona de amortiguamiento de los ingresos respectivos sin que necesariamente se establezca un cambio estable de clase social. Aquí también se pueden considerar eventuales ingresos extraordinarios o inversamente, la carencia de los mismos.
Consideramos que los ingresos promedio estabilizados previamente señalados, no constituyen un factor único ni absoluto para la determinación definitiva de las clases sociales, sino un referente económico vinculado con el ingreso per cápita y familiar, así como un determinado poder adquisitivo dentro del mercado de bienes y servicios.
Insistiremos en que las clases sociales se identifican también por un conjunto de factores adicionales de carácter administrativo, hereditario- patrimonial, actitudinal, cultural, social y de habilidades y competencias económicamente redituables.
Todo ello propicia que los esquemas referenciales propuestos, posean un carácter elástico y que puedan abarcar a personas con ingresos bastante diversos o a familias que logren acumular y administrar adecuadamente sus recursos económicos aun cuando estos fuesen en principio menguados.
O también en el caso de que alguien de la familia fuese suficientemente solvente para mantener a los demás en el nivel económico correspondiente sin que estos últimos posean capacidades aportadoras.
Resaltaría que el factor educativo es sumamente importante. Así por ejemplo la menesterosidad cultural y la permanente incapacidad administrativa, pueden mantener al individuo y a su familia en condiciones de bajeza económica y crónica descapitalización, a pesar de obtener ingresos estables y suficientes alentando además actitudes negativas de envidia y resentimiento social no fácilmente superables, pero sí políticamente explotables como ha ocurrido recientemente.
La tradicional clasificación económica tripartita de las clases sociales dentro de un conglomerado humano sedentarizado y políticamente organizado ya fue reconocida por Aristóteles hace más de 2350 años en su obra “La Política” al observar el filósofo griego que en todas las polis hay tres clases de comunidad, los muy ricos, los muy pobres y los terceros, un término medio entre éstos.
Ni las autoridades gubernamentales, ni los sectores productivos interno y externo del país, se han abocado a abatir los elevados niveles de pobreza que padece nuestro México, resultando que un sector significativo de su población haya tenido que refugiarse en practicar actividades económicas dentro de la llamada “informalidad”. Este último fenómeno torna aún más difíciles los cálculos de estratigrafía económica de la sociedad, pues obliga a la realización de estimaciones fundamentadas en inciertas encuestas que no arrojan resultados seguros.
A pesar de lo anterior, se puede afirmar conclusivamente que de una u otra manera, ante diversos límites económicos flexibles y condiciones individuales o aglutinantes de vida, los individuos pertenecientes a las clase media siempre han existido, reconociendo además que constituyen un blanco perfecto de embates gubernamentales y políticas macroeconómicas favorecidas por grupos poderosos de élite.

5.5.4 Ideología y comportamiento macroeconómico.
La experiencia histórica demuestra que los problemas políticos y económicos de las naciones y de México no se resuelven con actitudes prejuiciosas e ideologizadas, sino que en estos casos mas bien se agravan dichos problemas.
Muchas veces las supuestas ideologías se utilizan demagógica y exclusivamente con fines políticos, facilitando de esta manera el acceso al poder.
Sin embargo la experiencia tambien nos demuestra que las argumentaciones políticas no necesariamente coinciden con las decisiones y acciones económicas necesarias para incrementar la riqueza y combatir la pobreza.
Fue el caso de la exunión de repúblicas socialistas soviéticas y de los países que formaban parte de la alianza internacional dirigida por Moscú.
Un botón de muestra fue la república democrática alemana, la cual al incorporarse con la República Federal Alemana presentó un retraso productivo y una obsolescencia industrial de enorme magnitud, habiendo formado parte en su origen del mismo estado.
De lo anterior se concluye genéricamente que las ideologías no racionales, cualesquiera que sean, ultraconservadurismos o en otros casos citando como ejemplos al socialismo y el comunismo o cualquiera de sus derivaciones, cuando son utilizadas como sustento originario para la toma de decisiones de carácter general, no constituyen un buen punto de partida para el desarrollo nacional y sí en cambio pueden ocasionar grandes perjuicios a mediano y a largo plazos.
5.5.5 Las devaluaciones del peso.
Una breve exposición de la paridad de la moneda mexicana durante el último siglo.
Lamentablemente durante poco más de la primera mitad del siglo XlX nuestro país se debatió entre luchas intestinas e intervenciones extranjeras con los consabidos efectos de vivir bajo graves problemas de inseguridad e inestabilidad social, económica y política. Ello no impidió sin embargo el surgimiento de algunas grandes fortunas nacionales e internacionales y que nuestra patria fuera tierra de promisión para visitantes, inmigrantes e inversionistas diversos.
Con el triunfo definitivo del grupo liberal el año de 1867, se establecieron las bases políticas del futuro desarrollo nacional que consolidaría en términos económicos, el extenso gobierno del general Porfirio Díaz Mori entre los años de 1876 y 1911.
Durante la mayor parte del régimen porfiriano que abarca prácticamente a partir de 1876, el peso mexicano osciló y se mantuvo generalmente al parejo del dólar americano.
También correspondió a la administración porfiriana una acertada renegociación de la deuda externa del país que en años anteriores había adquirido el grado de usuraria y prácticamente impagable. Esta gestión fue realizada por el Secretario de Hacienda Lic. Manuel Dublán quien por cierto había sido profesor de Derecho Fiscal del joven Diaz Mori en el antiguo Instituto Liberal de Ciencias y Artes de Oaxaca.
También don Manuel Dublán en unión con el Lic. José María Lozano, fueron los autores de la principal compilación de textos de legislación mexicana del siglo XIX. Así mismo don Manuel Dublán es autor de un texto de Derecho Fiscal que se utilizaba para los estudios jurídicos de esa época.
En el año de 1905 el ministro José Yves Limantour Secretario de Hacienda, dio a conocer que el peso quedaría cotizado al dos por uno, lo cual ocasionó que nuestra moneda perdiera el cincuenta por ciento de su valor.
Con motivo de la formalización de la renuncia del Presidente Porfirio Díaz el 25 de mayo de 1911, se inicia la etapa revolucionaria, resultando que durante los años de la misma hasta 1916, no fue posible establecer oficialmente tipos de cambio.
Con el restablecimiento del patrón oro a partir de 1918, quedó señalada una cotización teórica del peso que regresa nuevamente al dos por uno, como había ocurrido durante la última etapa del gobierno porfiriano.
A mediados del año de 1931, se produjo una crisis paulatina del valor de los metales, especialmente de la plata, monedas que circulaban efectivamente. El efecto fue tan importante, que el gobierno nacional se vio en la necesidad de desmonetizar el oro, dejando en flotación el valor del peso cuya nueva re-estabilización, se produjo el año de 1933, a una equivalencia de 3.66 pesos por dólar.
Como es de todos sabido, el 18 de marzo de 1938, se produjo la expropiación petrolera ordenada por el presidente Lázaro Cárdenas, junto con la cual se anunció el retiro de nuestra moneda del mercado de cambio, haciendo que un peso debilitado regresase a una situación de flotación, la cual alcanzó niveles de entre 5 y hasta 6 pesos por dólar durante los años restantes del gobierno cardenista.
Correspondió a la presidencia de don Manuel Ávila Camacho la instalación del tipo de cambio del peso a 4.85 por dólar y del compromiso mexicano para ingresar al Fondo Monetario Internacional, institución que empezó a funcionar el año de 1946.
La paridad anterior permaneció durante el gobierno de Miguel Alemán hasta el año de 1948, en cuyo mes de julio el Secretario de Hacienda Ramón Beteta anunció una nueva etapa de flotación que perduraría justamente un año más.
El año 1949 se fijó una nueva paridad de 8.65 por dólar.
Sin embargo de lo anterior, subsistieron diversas presiones internacionales que pretendían incrementar todavía más el tipo de cambio.
Así las cosas transcurrió hasta el año de 1954, en que luego de diversas juntas de ministros y consultas internacionales realizadas en ese entonces, se decidió acercar a un valor más real la cotización del peso con respecto al dólar fijándose la cifra de 12.50. Esta famosa cotización se prolongó por poco más de 22 años durante la llamada etapa del desarrollo estabilizador, cuando en 1976 se presentó un desplome a 22 pesos por dólar.
Entre 1976 y febrero de 1982 el tipo de cambio se trasladó de 22 a 26 pesos por dólar. En ese mes de febrero volvió a pasar a 40 pesos por dólar y a partir de agosto subió a 80 pesos por dólar.
Desde el 1 de diciembre de 1982, la cotización del peso se elevó a 150 por dólar.
A partir del 20 de noviembre de 1982 y hasta 10 de noviembre 1991 se determinó un tipo de cambio libre, que convirtió al mercado mexicano en multimillonarias operaciones debido a la pérdida de su poder adquisitivo.
Se destaca que partir del 1 de enero de 1993 entró en vigor la reforma monetaria de los nuevos pesos, reduciendo en tres ceros la contabilización de nuestra moneda.
En el año del 2013 y ya tomando en cuenta esa reforma monetaria antes mencionada, el peso se ubicó en una cotización de 13.5 unidades por dólar. Durante el año del 2015 la cotización pasó de 14 a 17.5 por dólar y para el año del 2022 en el que aun vivimos, contamos con un peso que ronda cerca de las 17 unidades por dólar, poco más o poco menos. Incluso algunos analistas especulan que podría existir todavía un mayor fortalecimiento de la moneda nacional, con las consecuencias positivas y negativas que tal situación se encuentra desencadenando.
Hoy por hoy se vive lo que los economistas han denominado una etapa de enorme fortaleza del peso, misma que podemos atribuir a diversas razones.
La primera de ellas es la significativa contribución que realizan nuestros compatriotas residentes y trabajadores en la Unión Americana al través del envío de las remesas, cuyos montos han alcanzado cifras históricas, así como la inundación de la divisa norteamericana en algunas regiones de nuestro país.
Adicionalmente nuestra Nación se ha visto beneficiada por cifras “récord” en materia de exportaciones, tanto manufactureras, como industriales.
La política interna referente al elevado manejo de las tasas de interés, el “spread” resultante y la volatilidad de ciertos mercados internacionales, ha estimulado grandemente la presencia de inversionistas, quienes se han visto atraídos por las altas tasas de interés que ofrecen bonos, cetes y bancos de inversión.
Asimismo se ha incrementado notoriamente la masa monetaria de dólares en Estados Unidos, fenómeno con el que se procuró atacar una posible recesión en ese país e impulsar su crecimiento económico con niveles prácticamente de pleno empleo. Sin embargo, esta notable inyección monetaria ha propiciado el debilitamiento de la divisa estadounidense a nivel mundial.
Adicionalmente y a pesar de ciertas restricciones energéticas y fenómenos de incertidumbre en materia de inversión extranjera, la coyuntura económica del llamado “nearshoring”, también ha beneficiado a nuestro país propiciando una importante derrama económica adicional.
El caso es que el peso se ha fortalecido de una manera completamente inusitada, adquiriendo valores que eran impredecibles hasta hace poco tiempo
Todo lo anterior, ha beneficiado en la circunstancia actual, la cotización de nuestra moneda frente al dólar norteamericano, moderando notoriamente la tradicional disminución de su valor que históricamente había venido experimentando.
5.5.6 Comentarios sobre la reordenación económica Porfiriana.
La figura histórica del General y expresidente de México José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, ha sido sin duda una de las que más interés han despertado entre biógrafos e historiadores, circunstancia que se acredita con la gran cantidad de libros, artículos, folletos y demás publicaciones que han sido elaboradas sobre su persona y actuación.
También representa a uno de los personajes más controvertidos de nuestro escenario nacional entre admiradores a su persona y críticos o quienes denostan acerbamente de ella.
Pareciera necesario aún hasta la fecha actual, formular un análisis y su correspondiente juicio objetivo, tanto en lo que se refiere a las características individuales del personaje, como a la influencia que pudo tener en el desarrollo nacional y particularmente en los aspectos macroeconómicos. Cabe aludir a lo que premonitoriamente el propio Porfirio Díaz escribiera en el último párrafo de su sentida renuncia del 25 de mayo de 1911, a saber: “Espero, señores diputados, que calmadas las pasiones que acompañan a toda revolución, un estudio más concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional, un jucio correcto que me permita morir, llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimación que en toda mi vida he consagrado y consagraré a mis compatriotas. Con todo respeto.”
“En contraste con las divergentes interpretaciones de la política exterior porfiriana, siempre ha habido un amplio consenso con respecto a que en la época pofiriana se presenció una transformación económica sin precedentes” Porfirio Díaz, Garner.
En la historia económica mexicana, se han destacado consensuadamente dos etapas que acreditan un desarrollo económico importante, primero precisamente la etapa que corresponde al régimen político porfiriano y después, la etapa identificada con el fenómeno de industralización ocurrido durante tres decenios del siglo XX y que suele determinarse con un importante impulso partir del año de 1940.
Durante el porfirismo y de manera progresiva, se fueron estableciendo condiciones favorables para la integración de un mercado interno, la regulación del comercio, la formación de capitales, la atracción de inversión, la razonabilidad de aranceles y el desarrollo de mejores comunicaciones y un transporte eficiente. Todo ello propiciatorio de un progreso material sin precedentes y contrastando notoriamente con la grave problemática que nuestro país había sufrido desde la independencia de 1821, hasta prácticamente 1880.
Las penosas guerras civiles e intervenciones extranjeras, así como los sensibles altibajos de las industrias productivas de entonces, el abusivo endeudamiento exteno, el abuso de las alcabalas, aunado ello a la carencia de infraestructura, de seguridad y de mercados consolidados, había impedido un desarrollo económico de nuestro país, a pesar de las fortunas internas y externas que algunos lograron, enfrentando un ambiente institucional hostil y antiempresarial.
Un factor favorable para el desempeño económico en la etapa porfiriana, fue la importante expansión del comercio internacional ocurrida a partir de la segunda mitad del siglo XIX, hecho que parece coincidir con una fase de mayor globalización de la economía internacional.
La creciente demanda internacional de “commodities” favorecida por la revolución industrial desde el año de 1850, aunada a un significativo crecimiento demografíco de la población mundial y nacional, así como “a la revolución del transporte, la acumulación de capital y los cambios en la tecnología para la produccion fabril y agrícola en la economía del Atlántico del Norte, tuvieron un efecto dramático en la capacidad para exportar e importar de las naciones industrializadas, por lo tanto los recursos económicos y las materias primas fueron integrados progresivamente a esta creciente red internacional” (Garner).
El caso es que durante el régimen porfiriano se alcanzó un desarrollo modernizador muy importante de nuestro país, se favoreció la expansión industrial, se reconstruyeron las comunicaciones, fundamentalmente telegráficas e inicialmente telefónicas, se creó una red ferroviaria inusitada, aprovechando capitales provenientes de inversión extranjera norte americana y europea, se consolidó una institucionalización financiera, se crearon importantes obras de infraestructura y se colocó a México en un contexto internacional cuyos actos culminatorios se vieron reflejados en las fiestas del centenario relizadas en el año 1910. Todo ello fue posible gracias a la pacificación del país y a una administración pública establecida sobre bases sólidas y burocráticamente congruentes, a un buen manejo de las finanzas públicas, a un moderado uso de la deuda pública y a una alianza con los principales sectores activos de la sociedad política que permitió un elevado grado de gobernabilidad dentro de un período exacto de 31 años. El propio presidente norteamericano se expresaba con grandes elogios hacia la persona de su colega mexicano.
Así, sin embargo, hacia el final del período porfiriano se mantuvieron sin atender importantes asignaturas de un cambio social que no fue resuelto, además de la comisión de ciertos errores políticos relevantes y de la natural caducidad de un régimen que había alcanzado niveles gerontocráticos, no ajenos a ciertas presiones internacionales que aprovecharon también la coyuntura.
Debe decirse sin embargo, que pocos personajes de la historia nacional alcanzaron las alturas meritocráticas que logró acumular el Presidente Porfirio Diaz y que a pesar de sus errores indudables, no ha surgido en la conciencia de los mexicanos un juicio justo y efectivamente más equilibrado acerca de su persona y de su actuación.
5.5.7 Los inicios del “Crecimiento Sostenido” (1932-1940).
Entre los años de 1929 y 1931, nuestro país resintió una importante contracción de los ingresos fiscales debida en buena parte a una significativa caída de las exportaciones y a la necesidad de integrar reservas para el pago de la deuda.
Así mismo, en 1931 se presentó una depreciación del peso plata que estaba valorado en 2.67 unidades por dólar pasando a cotizarse a 3.71 unidades por dólar.
Otro factor negativo lo constituyó la caída de la oferta monetaria equivalente a un 50% real, hecho que provocó una fuerte astringencia económica.
Sin embargo de lo anterior a partir del año siguiente se inicia en nuestro país un período de crecimiento sostenido cuya primera etapa podemos ubicar entre los años de 1932 y 1940.
Ésta representa la etapa inicial de un período de desarrollo y transformación de nuestro país con un aumento sostenido del producto interno bruto y del ingreso per cápita.
Entre los factores iniciales de la nueva coyuntura nos encontramos que a partir de 1932 se produjo un incremento generalizado de la demanda y en particular de la plata, en la que México históricamente ha figurado como un gran productor de este metal muy bien valorado internacionalmente desde los tiempos virreinales y durante el siglo XIX. Valdría la pena profundizar en el papel que la plata que ha desrrollado en el comercio internacional y para el futuro desarrollo de las potencias económicas en su momento.
Con el cambio de la política monetaria y la aceptación generalizada de los billetes como medio de pago, se produjo una expansión del dinero que propició un mayor desarrollo económico.
Bajo la nueva regulación de l a ley de instituciones de crédito expedida en 1932, se favoreció un fortalecimiento de la infraestructura bancaria nacional, el cual siendo relativamente coincidente con el derrumbe bursátil estadounidese ocurrido en octubre de 1929, permitió la captación de capitales en nuestro país.
A este respecto un caso singular lo ejemplifica la fundación del Banco de Comercio impulsada por don Salvador Ugarte Vizcaíno con notables socios, bajo la nueva legislación y con el mínimo monto de 500 mil pesos que en ese momento la ley exigía para la creación de una nueva institución de crédito que como todos sabemos haría una gran historia en México y se convertiría en el primer banco de latinoamérica
Por otro lado se produjo una paulatina recuperación económica del sector externo y se presentó un nuevo plan sexenal que buscó propiciar un mayor desarrollo del mercado interno.
Otro factor favorable para el crecimiento, fue la preponderancia que empezó a adquirir el sector industrial como un motor importante para el desarrollo de la economía. Paralelamente se produjo un cambio en la estuctura de las importaciones favoreciendo la adquisición de bienes de capital y materias primas y disminuyendo la importación de bienes de consumo.
Entre los aspectos menos favorables de esta etapa frente al desarrollo económico nacional puede mencionarse el apoyo gubernamental otorgado a las huelgas de trabajadores, las cuales se convirtierón en un importante instrumento político y en una rémora económica, así como el mayúsculo reparto agrario que si bien favoreció el aspecto social, tuvo como otro efecto efervescente la liquidación de importantes unidades productivas agrarias.
Si bien la expropiación petrolera representó un acto de justicia social y de reivindicación nacional frente a la ambición y prepotencia de empresas extranjeras, tuvo también sus efectos negativos en términos de productividad y colocación de los hidrocarburos. Cabe mencionar que México se vio en la necesidad de vender perentoriamente petróleo a Alemania.
Ante los factores que acabamos de mencionar se produjo una crisis económica durante los años de 1937 y 1938, pero algo que la compensó fue el especial impulso norteamericano que recibió nuestra economía apartir de 1938 debido a los prolegómenos de la segunda guerra mundial.
El gobierno mexicano procedió a reforzar su infraestructura y también se presentó un significativo crecimiento del turismo.
5.5.8 La aceleración industrial 1940-1962.
Durante la segunda guerra mundial se produjo una fuerte expansión económica, misma que se detiene al finalizar ésta, en el año de 1945.
Sin duda la segunda guerra mundial constituyó un parteaguas tanto en lo económico como en lo político y social, tranformando radicalmente las condiciones geopolíticas del mundo.
Nuestro país continuó su desarrollo industrial y la creación de su infraestructura, realizándose las inversiones procedentes con sus respectivos altibajos monetarios como fue la depreciación del peso el año de 1948 al valor de 8.65 por dólar.
Durante los años 50 se mantuvo un fuerte crecimiento de la economía nacional a una tasa de 6.2 por ciento promedio anual que alcanzó hasta el año 1962.
Tal nivel de crecimiento fue posible gracias a el aumento de la inversión pública y privada y al impulso que se dio a la industria nacional bajo un criterio proteccionista el cual limitaba la competencia externa pero impulsaba el consumo interno gracias a la correspondiente oferta de sus productos.
Se destaca también el efectivo control de la inflación y de la deuda pública durante la etapa en comento así como un notable incremento de las cuentas de ahorro de renta fija, es decir la implantación y práctica de políticas económicas sanas.
El crecimiento de esta época se vio respaldado por un buen desempeño de la agricultura hasta el año de 1957 e hizo posible el aumento sostenido de los salarios reales en niveles promedio de 2.2 pociento entre los años 1949 y 1960 con el consecuente apoyo para la productividad.
5.5.9 Consolidación del “Desarrollo Estabilizador” (1963-1972).
El período al que aludimos representa el de máximo auge con un crecimiento anual del PIB del 7.1 y de 3.6 por ciento per cápita.
Durante esta etapa se logró una notable estabilidad de los precios, de la paridad cambiaria y un muy adecuado control del dinero circulante.
También presenciamos un grado eficiente de la inversión pública un magnífico control del endeudamiento y una inflación anual del 2.3 porciento. Dentro de este contexto general y como factores adversos podemos citar una baja competitividad internacional que ocasionaba el sistema proteccionista adoptado, el cual no permitió un mayor impulso a las exportaciones y restringía a la inversión extranjera.
El abuso político clientelar de la reforma agraria ocasionó un deterioro paulatino del sector agropecuario a partir de 1959 y derivó en la exaltación del minifundio mas allá de los límites territoriales necesarios para una adecuada inversión y productividad agrarias.
También se fue presentando un debilitamiento de la materia fiscal y del ahorro, requisitos indispensables para una adecuada y necesaria inversión en fomento de la productividad.
En el importante ámbito de la industria extractiva minera se produjo una severa disminución, ocasionando pérdidas de alrededor del 40 porciento. Ya para el año de 1970 el producto interno bruto (PIB) creció al 6.9 por ciento y a un 3.5 por ciento por habitante. En cambio la inflación se incrementó al 6 por ciento, lo cual representó un enorme incremento respecto a la tasa anterior. Por su parte los salarios reales aumentaron en un 4.9 porciento desde el año de 1968.
El déficit del sector público se incrementó de 2.2 porciento en 1969 a 3.8 porciento del PIB en 1970.
Si el acierto o desacierto de las decisiones políticas tienen un efecto económico en un momento complicado de la vida nacional, esto parece comprobarse durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, el cual a pesar del aparente conservadurismo y continuismo ejercitado durante la última etapa del llamado “desarrollo estabilizador”, alcanzó a perjudicarlo.
Como todos sabemos, la peor crisis política de ese sexenio que alcanzó sin duda un efecto transexenal, fue la violenta represión estudiantil del 2 de octubre de 1968. Qué tan justificada haya ésta resultado, queda aún para el juicio de la historia y la valoración de las posibles acometidas del comunismo internacional, supuestamente advertidas por el Metternich del siglo XX recientemente fallecido.
Previamente se cometió otro error grave con la intromision política e internacional en la universidad Autónoma de México, misma que culminaría con el ignominioso derrocamiento de su Rector en 1966.
5.5.10 Etapa de crecimiento “insustentado” (1973 – 1981).
En mayo de 1973, el Secretario de Hacienda Hugo Borman Margaín Gleason (1913-1997), renunció de la titularidad de Secretaría de Hacienda y Crédito Público ante el presidente Luis Echeverría Alvarez, cargo que le había otorgado Gustavo Diaz Ordaz en sustitución de don Antonio Ortiz Mena. Ello se debió a las manifiestas discrepancias del señor Secretario con respecto al Presidente, en la conducción macroeconómica del país.
Para ese año de 1973, el crecimiento de la economía se había acelerado hasta un 8.4 porciento debido a la enorme expansión del gasto público de inversion. En los dos años subsecuentes el PIB disminuyó y el déficit en cuenta corriente se incrementó, al igual que lo hizo exorbitantemente el endeudamiento público desde el año de 1971, el cual pasó de 9,920 millones de dólares a 22,710 en 1975.
El crecimiento de la inflación entre los años 1970 y 1975, alcanzó la cifra para entonces inaudita de 76 por ciento, con una sobre estimación del valor del peso de más del 50 por ciento.
Tales condiciones ocasionaron que al último año del sexenio, la paridad se deslizara del famoso y longevo 12.50 a 22 pesos por dólar.
Durante la primera etapa del nuevo régimen inaugurado el 1 de diciembre 1976, se logró una contención de la inflación propiciada por el otorgamiento de facilidades a importaciones necesarias y el control del precio y tarifas del sector público.
El peso se fue deslizando hasta 26.91 por dólar, pero posteriormente se produjo un brusco incremento de los gastos gubernamentales.
Esto último fue producto del auge petrolero que, combinado con otros factores, ocasionó bruscas devaluaciones en el ultimo año de gobierno, primero a 47 y después a 80 y hasta 150 pesos por dólar, con una inflación reconocida del 100 por ciento.
Hasta 1980 la situación económica de México aparecía estable y todavía con crecimiento.
El inicio de la crisis y el fin de la expansión, puede ubicarse con la caída de los precios del petróleo en mayo de 1981 lo cual ocasionó que al año siguiente el país se colocara al borde de la quiebra físcal.
5.5.11 La crisis de 1982.
En un mundo energéticamente comprometido con la producción y el refinamiento de los hidrocarburos, la reducción de los precios del petróleo envió a los mercados internacionales un importante mensaje que marcó la terminación de una época expansiva en esta materia. El gobierno mexicano en turno, comprometido con el desarrollo energético de los años previos, incrementó sin previsión el gasto público, viéndose poco después sorprendido por el referido problema y arrastrando debilidades en su estructura económica.
Lo anterior ocasionó en febrero de 1982 una grave devaluación del peso frente al dólar y también un importante incremento de los salarios.
El gobierno mexicano intentó gestionar ventas anticipadas de petróleo y tuvo que enfrentar también una crisis de la reserva nacional en dólares.
Ante la imputación de la salida de una considerable cantidad de dólares extraídos supuestamente al través de la banca privada, el Presidente de la República decidió la expropiacion de dicha banca privada y estableció el control de cambios generalizados, lo cual ocasionó un trascendental cambio del rumbo de política económica que acarrearía grandes repercusiones y entregaría la administracion pública al siguiente gobierno en una situacion sumamente comprometida.
Esta denominda ”nacionalizacion de la banca”, que en realidad fue una expropiación ocurrida apartir del primero de septiembre de 1982, representa el momento culminante de la crisis económica que caracterizó en su fase terminal al gobierno en turno.
Puede considerarse que la medida extrema resultaba inapropiada para el manejo de la banca comercial, el control de las divisas y el pago de la deuda tanto privada como pública. La expropiación bancaria también provocó efectos políticos y podría ser considerada como un parteaguas de la evolución económica de nuestro país por las serias y extensas repercusiones que conllevó en el futuro in mediato y mediato en nuestra nación. Adicionalmente cabe señalar que no corresponde a los órganos tradicionales de administración pública, la prestacion monopólica del servicio de banca y crédito, ni es una función que los administradores públicos puedan desempeñar eficientemente en su forma mas generalizada.
Como anécdota cabe citar que algunos de los antiguos propietarios y administradores de la banca que fueron expropiados, tuvieron que soportar incluso la pérdida de objetos personales que se encontraban en sus instalaciones y oficinas, las cuales habían sido reguardadas por personal militar en el momento de la expropiación. Medidas gubernamentales de carácter radical como la que estamos comentando, siempre resultan desaconsejables pues poseen un carácter irreal en términos económicos, razón por la cual multiplican y prolongan en el tiempo sus efectos negativos.
Durante el año de 1982 la inflación se disparó hasta un monto aproximado al cien por ciento y los requerimientos de endeudamiento se incrementaron de manera alarmante, al mismo tiempo que las prestaciones efectivas y la cobertura de los servicios privados de banca y crédito se vieron muy comprometidas.
5.5.12 Etapa de estancamiento (1983-1988).
A partir de la toma de posesión del período presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, la situación macroeconómica mexicana era sumamente grave, debido a los profundos desequilibrios que se habían producido y a la pérdida de confianza de los inversionistas en las instituciones financieras del país.
El gobierno reaccionó asumiendo medidas de carácter ortodoxo en materia fiscal, viéndose obligado a renegociar la deuda externa e interna y buscando paralelamente la obtención de recursos frescos.
Durante el mes de febrero de 1983, se logró un crédito de cinco mil millones de dólares y se adelantaron las negociaciones para una reestructuración parcial de la deuda en términos de pagos, pero sin lograr una reducción de los intereses.
Lo anterior impuso un fuerte sacrificio tanto a la sociedad como al gobierno dentro de un panorama macroeconómico general bastante pesimista y desalentador.
Aún cuando al principio del sexenio se alcanzó una reduccion del déficit público y se evitó la continuidad del alza inflacionaria, todo ello con un costo social muy elevado, en los años subsecuentes hasta 1987 la deuda externa continuó elevándose y la inflación también.
En consecuencia se produjo un fuerte estancamiento económico durante esos años que hizo evidente la necesidad de realizar cambios profundos en la estructra económica del país y de sus instituciones gubernamentales.
A fines del año de 1987, se acordó en forma multisectorial un compromiso o pacto de solidaridad económica que procuraba reducir la inflación y recuperar el crecimiento económico. Se logró la concertación de acciones entre los sectores productivos privados y gubernamentales, lo cual favoreció el control de la inflación y un muy modesto crecimiento del producto interno bruto de 1.4 por ciento para el siguiente año de 1988.
Lo anterior sentó las bases de credibilidad y confiabilidad para que al año y régimen consecuentes, se propiciara un mayor crecimiento económico, un mejor control de la inflación y una disminución del déficit publico con respecto al PIB. Ello fue posible gracias a la reactivación de la inversión privada y extranjera y a un nuevo acuerdo del pago de la deuda externa que permitió una significativa reducción de sus intereses.
Otros cambios relevantes dentro de la reordenación económica nacional consistieron en una mayor apertura competitiva hacia los mercados internacionales y en una reducción de la complejidad y tamaño de la administración pública, sobretodo del sector paraestatal.
Al gobierno al que se le dio entrada apartir del 1 de diciembre de 1988, resultó estructuralmente coincidente con los cambios que se venían realizando en materia económica y política e incluso llegó a profundizarlos.
5.5.13 Período de bajo crecimiento (1989-2018).
Al secundar y desarrollar las medidas macroeconómicas establecidas por el régimen precedente, la nueva administración mantuvo e incrementó la confianza necesaria para el desarrollo de país. Así mismo este nuevo gobierno se supo adaptar al entorno económico y politico internacional y procedió a la eliminacion de barreras para fomentar la competitividad nacional e insertar a los sectores productivos a los mecanismos modernizadores del mercado, disminuyendo la participación de los órganos del Estado en las actividades productivas. Así mismo se revisaron y eliminaron aquellas regulaciones que por su carácter restrictivo producían una disminución de la competitividad económica nacional.
A lo largo del sexenio se gestó una radical apertura de la actividad económica hacia el sector internacional, cuya culminación fue la firma de un Tratado de libre comercio de América del Norte que entró en vigor en nuestro país el primero de enero del año de 1994, el TELECAN. No hizo otra cosa que formalizar jurídicamente la integración de nuestro país al bloque de naciones de América del Norte y dio como resultado inmediato un muy notorio incremento al comercio internacional tanto en materia de exportaciones como de importaciones de productos de elevada manufactura.
Así mismo se continuó con la reprivatización de entidades bancarias públicas y otras empresas paraestatales, aunque en algunos casos los procedimientos de asignación de estas privatizaciones resultaran de algún modo cuestionables.
Es importante destacar que durante el sexenio que nos ocupa se otorgó plena autonomía al Banco de México para la realizacion de sus importantes funciones de control de la masa monetaria, de la inflacion, manejo de las reservas internacionales y determinación de las tasas de interés, entre otras funciones bancarias de incidencia macroeconómica. También se liberó parcialmente el sistema corporativista y clientelar agrario que había prevalecido hasta el año de 1992, dándose surgimiento a una antigua promoción para la reforma de la justicia agraria mediante la creación de los tribunales respectivos
En el año de 1993 y para entrar en vigor al año siguiente, se realizó una reforma monetaria quitándole tres ceros al valor de los pesos circulantes y permitiendo una mayor racionalidad del manejo de la masa monetaria así como una restructuracion de los tipos de cambio de las divisas internacionales con respecto a los nuevos pesos que quedaron establecidos.
Adicionalmente, durante los años de 1993 y 1994, ocurrieron hechos inéditos como fueron el asesinato del Cardenal de Guadalajara Posadas Ocampo, eL levantamiento militar y mediático ocurrido en Chiapas y protagonizado por el ejército zapatista de liberación nacional (EZLN), el asesinanato del candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio Murrieta y el asesinato del Secretario General del mismo organismo político, José Francisco Ruiz Massieu.
Todos estos factores combinados fueron socavando la confianza en el gobierno en turno propiciando finalmente la aparicion de una alternancia política para el año 2000 que dio término al poder hegemónico del partido oficial ejercido desde el año 1929 durante exactamente 71 años.
Al inicio del nuevo sexenio se produjo una fuerte crisis económica que ocasionó para el año de 1995 una fuerte caída del producto interno bruto del orden de 6.2 por ciento al mismo tiempo que desencadenó fuertes efectos inflacionarios. Si bien esta crisis tuvo una corta duración gracias a apoyos internacionales y a que el producto interno bruto pudo recuperarse al año siguiente, sus secuelas sociales resultaron muy profundas. El crecimiento manifestaba grandes desigualdades entre regiones y sectores, ocasionado un incremento de la polarizacion social.
La adopción de medidas para el adecuado manejo y control de las finanzas públicas, una relativa moderacion en los incrementos de la deuda externa, la creación de órganos constitucionales autónomos, el respeto a la autonomía del banco central, un grado progresivo de inversión extranjera y el mantenimiento de niveles adecuados de la compraventa internacional de mercaderías, propiciaron durante el período que nos ocupa, un relativo equilibrio macroeconómico y un muy moderado crecimiento del producto interno bruto en nuestro país.
5.5 14Etapa Contemporánea.
Apartir de las nuevas elecciones del año 2018 se produjo un fenómeno político relativamente disruptivo en cuanto a la alternancia de los gobiernos federales respectivos.
Diversos factores sociales y políticos propiciaron el surgimiento de una nueva vía gubernamental representada por un movimiento que agrupaba tendencias políticas e ideológicas asociadas a la “izquierda”, las cuales hasta esa fecha, no habían tenido la oportunidad de gobernar en el ámbito federal.
Las dos alternancias precedentes podrían ubicarse en términos ideológicos y programáticos relativamente conservadores o de centro-derechistas, con ligeros matices sociales.
Pero el nuevo liderazgo surgido de una votacion contundente y con una gran fuerza y vigor, resultó mucho más radical e inesperado en la toma de algunas de sus decisiones.
Gracias a su sustento social, a sus características propias y a su fuerte liderazgo, la presidencia surgida a partir del segundo semestre del año 2018 empezó a ejercer una fuerte influencia desde el momento mismo de su nominacion electa.
El presente régimen se ha caracterizado por una activa política de apoyo social dinerario enfocada a sectores necesitados de la población y por algunas decisiones poco tradicionales en cuanto a sus efectos macroeconómicos. La pandemia del COVID 19 afectó al crecimiento económico nacional, pero otros factores internos y externos han impulsado sobre todo durante algunos trimestres del año 2023, un significativo crecimiento del PIB. Algunos analistas económicos prevén para el segundo semestre del año 2024 y posiblemente para fechas posteriores, una desaceleración y/o debilitamiento del crecimiento del PIB y tasa de empleo en los Estados Unidos de Norteamérica.
5.6 Reflexiones doctrinarias sobre la Genialidad y la Mediocridad. El “aura mediocritas”.
5.6.1.-Reflexiones previas.
La genialidad y la mediocridad han sido tema de interés reflexivo entre doctrinarios de todas las épocas.
¿Qué es lo que lo que les caracteriza y distingue a estos rasgos de las personalidades humanas? ¿poseen una naturaleza propia y se pueden sopesar o medir “per se” o en función de sus resultados? ¿se manifiestan individual o gregariamente?
En este breve ensayo procuraremos esclarecer algunos de estos cuestionamientos e ilustrarlos ejemplificativamente en lo posible.
Ernst Kretschmer, en su libro “Hombres Geniales” (Edit. labor, 1961) realizó un estudio “somato-psíquico” de las personas consideradas como geniales o de gran capacidad creadora y plenitud en la producción de ideas, algunas veces asociadas a determinadas características psíquicas, según nos indica el Dr. J. Salé Sagarra en su prólogo a la edición española de la obra (1953). Según esto, la personalidad genial, auténtica resulta de una afortunada combinación de los intelectos activo y pasivo en correspondencia con atributos lógico-intuitivos e inspirativos.
El talento genial o de alta tensión interna, se orienta hacia los individuos superdotados o de intensa capacidad de pensar, no necesariamente exentos de ciertas motivaciones psicológicas arraigadas, como pudiera ser un temperamento tenaz y apasionado.
Estaríamos hablando de individualidades altamente eficientes, de mentalidades profundas, trascendentes y universales, quienes lograron dejar tras de sí aportaciones, obras, documentos, inventos, transformaciones, concepciones originales y metafísicas de enorme valor y manifiestamente por encima del momento cultural de la época en que vivieron.
Se trata de vidas que han modificado e impulsado significativamente al mundo.
Dentro de la “Galería de retratos” geniales incluidos y clasificados en su obra por Kretschmer, se encuentran Wilhelm y Alexander von Humboldt, los filósofos Descartes, Erasmo de Rotterdam, Locke, Christian Wolff, Leibniz, Jacob Böhme, Swedenborg, La Mettrie, Jakobi, Rousseau, Voltaire, Herder, Hamann, Kant, Schleiermacher, Schiller, Hegel, Herbart, D.F. Strauss, Lotze, Nietzche y Kierkegaard.
Entre los médicos y biólogos geniales, Don Ernst incluye en su galería de retratos A. Von Haller, Boerhave, Van Swieten, J.G. Gmelin, Geoffroy de Saint-Hilaire, Gall, Gregor Mendel, Goethe (dramaturgo, novelista, poeta, filósofo y naturalista) Shleiden, Darwin, Robert Koch, Pasteur, Behring, Gegenbaur, Brown-Séquard, Patten Kofer, Skoda, Semmelweis, Lister, Billroth, Karl Vogt y Moleschott.
Como dramaturgos y patéticos, quedan en esta galería Schiller, Zacharias Werner, Maximilian Klinger, Burger, Theodor Korner, Grillparzer, Heinrich Von Kleist, Grabbe, Friedrich HebbeL y Otto Ludwig.
Como románticos y estetas, quedaron Tasso, Uhland, Holderin, Novalis, Eichendorff, Droste-Hülshoff, E.Th.A. Hoffmann, Platen, Musset y Shelley.
Bajo el rubro de genios realistas y humoristas, se incluyen Lutero, J.P. Hebel, Liselotte v.d. Pfalz, la Madre de Goethe, Jeremías Gotthelf, Gottfried Keller, W. Alexis, Fritz Reuter, Hermann Kurz, Riehl, Stifter, Ebner-Eschenbach, Rosegger, Heinrich Seidel, y el padre de Wilhelm Busch.
Destaco que en las líneas que anteceden se incluyeron solamente los personajes que aparecen en la “galería de Retratos”, lista por demás ejemplificativa e inconclusa, pues en su libro menciona también como integrantes de extremo talento a Bismarck, Calvino, la Emperatriz Catalina, César, Cristóbal Colón, Augusto Comte, Danton, Demóstenes, Diderot, Durero, Empédocles, Federico el Grande, Fichte, Galileo, Grimm, Händel, Haydn, Hegel, Hindemburg, Hoffmann, Hume, Isabel de Inglaterra, Kepler, Linneo, Locke, Lombroso, Luis XIV de Francia, Maupassant, Mendelssohn, Mirabeau, Miguel Angel, Mozart, Napoleón, Newton, Paracelso, Rafael, Robespierre, Rubens, Schopenhauer, Schubert, Séneca, Shakespeare, Sócrates, Spengler, los Strauss, Tasso, Tiziano, Vecchio, Vivaldi, Wagner, Wright, el conde de Zeppelin, entre muchos otros.
Por otro lado, entre las “Vidas que han motivado al mundo” (Horacio Shipp; Compañía general de Ediciones; México1966) dentro de la marcha de la historia, la cual nunca se detiene, Don Horacio cita las relevantes historias de Tomas Paine, Roberto Owen, Guillermo Morrís, Isabel Garrett Anderson, Níls Gustavo Dalén, Tomas Garrigue Masaryk, María y Pedro Curie, Jan Chistiaan Smuts, Alberto EínsteIn y Heriberto Jorge Wells.
A mi juicio, debe mencionarse señaladamente la invaluable participación de destacadísimas mujeres dentro de la evolución familiar, social, política y cultural de la humanidad, lo cual ha ocurrido desde la más recóndita antigüedad, hasta los tiempos presentes.
Casos muy señalados de mujeres sumamente destacadas son los de Nefertiti, Aspasia de Mileto, Olimpia, la madre de Alejandro Magno, Cleopatra, Hiparquía, Juana de Arco, Isabel la Católica, Sor Juana Inés de la Cruz, Eva Perón, “Coco” Chanel y tantísimas otras. En el campo literario americano, cuando la mujer escribe, Julieta Carrera en sus semblanzas publicadas en 1956 incluye a Alfonsina Storni, Clementina Suárez, Elisa Zuloaga, Gabriela Mistral Juana de Ibarbourou, Marta Brunet, Margarita Paz Paredes, Mercedes Borrero, Raquel Sáenz ,Teresa de la Parra, Esperanza Zambrano, Adela Palacios, Rosario Castellanos, Margarita Michelena, Tina Vasconcelos, Carmen Toscano, Rosa Castro, entre muchas otras escritoras hispano americanas de nuestro tiempo que constituyen la expresión de la mujer en América.
Por otro lado, algunos han hablado de la Revolución o lo que mejor podría denominarse “La conspiración de los mediocres” como títulos que ameritan una reflexión seria y eviten que esto se preste a un rango de indefinición conceptual entre la mayoría de las personas que no han estudiado el asunto o carecen de la sensibilidad para percibirlo.
Muchos por ejemplo, confunden él éxito político, “artístico”, deportivo o dinerario, con la “capacidad” que a un triunfador se le atribuye. Igual sucede con respecto a la “fama o celebridad” de personajes tal vez en sí mismos harto limitados, pero muy publicitados y por el efecto artificial, socialmente reconocidos.
Podríamos en cambio encontrarnos con individuos en situación económica y social aparentemente mediocre, pero dotados sin embargo de capacidades, sensibilidades y talentos excepcionales que no han sabido aprovechar o que por sus circunstancias vivenciales no se les han sido reconocidos.
Incluso en el mundillo “intelectual”, existen personajes que envueltos realmente en una “aurea mediocritas” han sabido desenvolverse como compiladores, organizadores, divulgadores, publirrelacionistas, etc., pero que en su vida han logrado concretar por sí mismos alguna aportación original o relevante para la sociedad y el conocimiento, pero que actúan como si lo hubieren hecho en máximos niveles y mucho se ofenden si alguien los cuestiona.
Un grado intermedio legitimador y muy efectivo en cuanto a logros y avance respecto a la mediocridad, es aquel integrado por sociedades y personas que careciendo de la sensibilidad y genialidad que aporta el talento, saben determinarse objetivos plausibles y poseen la perseverancia necesaria para alcanzarlos mediante la organización y el trabajo. Siempre que se labora constructivamente y se aplica la observación y la experiencia adquiridas, se avanza notoriamente y pueden lograrse niveles de calidad y metas antes insospechadas. Ello no significa que se posea una brillantez originaria, pero si los méritos muy reconocibles de la tenacidad y el trabajo y la preparación. Si adicionalmente dichas personas desarrollan sistemas inteligentes de organización y de colaboración en equipo, los resultados sin duda se potencian.
De lo señalado entonces y ya en un plano clasificatorio, parecieran distinguirse dos tipos de mediocridades originarias: una que se supera positivamente con el mérito del trabajo, la organización y los buenos objetivos y otra que conspira para ocultarse simulando atropelladamente una brillantez, que no existe.
En este último caso, estaríamos hablando en efecto de un fenómeno conspirativo que propiciaría el reinado de la mediocridad en todos los órdenes y se opondría frontalmente y a toda costa al reconocimiento y participación de la capacidad y del merito ajenos, siguiendo aquella vieja máxima política de que “al jefe no hay que rebasarlo ni en carretera”.
Entonces, ¿en qué consiste realmente la distinción entre un conglomerado social mediocre y un personaje tal vez sagaz, pero al fin también mediocre y quienes no lo son por su auténtico mérito y capacidad? ¿Cómo diferenciar correctamente ambas circunstancias?
Para responder a ello nos apoyaremos a continuación en las interesantes reflexiones
de algunas personalidades que han abordado esta temática.
5.6.2 La mediocridad y el talento según el Profesor Don José Ingenieros.
El ilustre Profesor Italo-argentino José Ingenieros, en su reconocida, conceptual y casi literaria obra “El Hombre Mediocre”, contrapone la mediocridad al idealismo perfectible. El ideal se anticipa a las experiencias, representando pujantes estados de equilibrio entre lo pasado y el porvenir que “influyen sobre la conducta y son el instrumento natural de todo progreso humano”.
Destaca el autor que “siempre habrá, por fuerza, idealistas y mediocres”. Siempre existirá el “evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud”. La mayoría de los individuos, asumirá una actitud sumisa ante el pasado, absorberá prejuicios y ejercerá rutinas. Por propia naturaleza, quienes alimentan ideales, serán adversarios de aquellos seres “domesticados” que encuentran su hábitat natural y refugio último en la mediocridad. Y a su vez éstos, tanto apáticos sociales, como utilitarios ambiciosos y simuladores profesionales, se agruparán y conspirarán contra el idealismo perfectible, incapaces como son de alentarlo, de aportar creativamente y de contribuir en consecuencia a un auténtico mejoramiento social, económico, y cultural de las comunidades humanas respectivas. Son tan limitados, que solamente buscaran sus beneficios propios.
El mediocre se vuelve cómplice de los intereses creados, detesta diferencias, aborrece excepciones y anatematiza a quienes escapan de la uniformidad.
“para concebir una perfección, se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual. Sin ello pueden tenerse fanatismos y supersticiones; ideales, jamás”.
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“Todo ensueño seguido por la muchedumbre sólo es pensado por pocos visionarios que son sus amos”.
La mediocridad es, ante la escala de la humana inteligencia, el ámbito claroscuro entre el talento y la estulticia. Implica existencia vegetativa, una ausencia de valores distintivos, un común denominador social que por indiferenciado e incapaz, no emerge.
Un perfecto burgués es anodino por contraposición al artista inspirado y creador.
“Cuando reina el clima de la mediocridad, épocas hay en que el equilibrio social se rompe en su favor. El ambiente tórnase refractario a todo afán de perfección; los ideales se agostan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. Los estados convierténse en mediocracias; “… ” pensar es un desvarío, la dignidad es irreverencia, es lirismo la justicia, la sinceridad es tontera, la admiración una imprudencia, la pasión, ingenuidad, la virtud una estupidez”.
“Se crea un mundo de valores ficticios que favorece la admiración de los obtusos”.
Inmortalidad es el privilegio de quienes transcienden a los siglos por sus ideales, sus obras, su arte o su valioso testimonio. No trascienden quienes al margen axiológico solamente satisfacen apetitos, amasan dinero o alcanzan un poder efímero. Son todos aquellos mediocres incapaces de justificar sus “liderazgos” frente a la comunidad, por que, ante su consciente incompetencia, los han logrado aviesamente y los han utilizado con egoísmo puro.
5.6.3 Ingenio y análisis según Edgar Allan Poe.
En “Los Crímenes de la calle Morgue” (Historias extraordinarias; Edgar Alan poe; 6ª edición; Edit. Brugueras; Barcelona; 1977 traducción de Jaime Piñeiro), el gran literato norte- americano Edgar Allan Poe nos especifica que “calcular” no es lo mismo que “analizar” y que el poder analítico no debe confundirse con la simple fantasía, ingeniosidad o inventiva, derivado estas último de un poder constructivo o combinador. Nos insiste en que “el hombre ingenioso muy a menudo es incapaz de analizar” … ” entre la ingeniosidad y la capacidad analítica existe una diferencia mucho mayor, evidentemente, que la que hay entre la fantasía y la imaginación…” en tales términos, la mediocridad podría revestirse de habilidades o atributos reales o simulados que la disfracen de tal manera, que la hagan incluso aparecer ante ojos inexpertos como una supuesta brillantez.
5.6.4 El filisteísmo según Schopenhauer.
Schopenhauer en su aforismo definió al “perfecto filisteo, como un ser que se deja engañar por las apariencias y toma en serio todos los dogmatismos sociales, constantemente ocupado de someterse a las farsas mundanas”.
Un perfecto burgués anodino por contraposición al artista inspirado y creador.
“Cuando reina el clima de la mediocridad: Épocas hay en que el equilibrio social se rompe en su favor. El ambiente tórnase refractario a todo afán de perfección; los ideales se agostan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. Los estados convirtiénse en mediocracias; “… ” pensar es un desvarío, la dignidad es irreverencia, es lirismo la justicia, la sinceridad es tontera, la admiración una imprudencia, la pasión, ingenuidad, la virtud una estupidez”.
“Se crea un mundo de valores ficticios que favorece la admiración de los obtusos”.
5.6.5 Mediocridad y Sociedades Actuales.
Una etapa avanzada de una sociedad mediocre, será aquélla que combata frontalmente los méritos trascendentes del talento, de la educación de la experiencia auténtica y de la cultura, despreciándoles por añadidura. Una absoluta “ralentización” de los procesos educativos de nuestras generaciones, constituirá una de sus primeras y más graves consecuencias.
Las actuales sociedades altamente masificadas son presas fáciles de promociones mediáticas que contribuyen a procesos avanzados de “mediocrización” y a la constante construcción de “ídolos de barro” en todos los ámbitos. El pensamiento informado y el razonamiento crítico, tienen muy poca cabida en ellas. Finalmente, resulta bastante difícil para muchos pensar con objetividad y poder concentrarse para obtener información y validarla. Así mismo, les cuesta leer, asociar y razonar inteligentemente las ideas y resulta más sencillo guiarse superficialmente por meras percepciones, prejuicios y emociones, que bien conocen los publicistas utilitarios, los negociantes inescrupulosos y los políticos demagogos.
En las academias y en los ámbitos intelectuales “ralentizados” prevalecerá
encubridoramente un exceso de formalismos, un abuso exigente de las “tecnologías digitales”, un constante afán de cambios curriculares como si la ciencia se reinventara cada ciclo escolar, un desprecio por la Historia, las Humanidades y los conocimientos teóricos y un menosprecio o aún más un combate frontal o una franca incapacidad, para el reconocimiento institucional del talento académico y la originalidad de las ideas que realmente empujen hacia adelante las fronteras del conocimiento. Existirán “instructores” o empleados subordinados, pero no catedráticos y las autoridades administrativas serán “todo poderosas” mismas que desde su conveniencia o apreciación burocrática, impondrán temas, plazos, prácticas, enfoques, exámenes y todo lo demás que sea necesario según su criterio para el desarrollo de los ciclos escolares.
Finalmente, ¿quién es entonces el mediocre?
Podría decirse que el mediocre es:
Quien no se supera permanentemente,
Quien no estudia,
Quien no lee,
Quien no coopera con los demás,
Quien no descubre lo que es transcendente,
Quien ni trasciende ni deja transcender,
Quien no valora realmente la cultura, a un que pretenda utilizarla para otros fines
Quien es propenso a la envidia,
Quien no reconoce el mérito.
Que aquel que, insincero, distorsiona la verdad y/o miente sistemáticamente.
El simulador profesional.
El que es afecto irremediablemente al materialismo.
Quien no supo amar a su prójimo ni es capaz de experimentar sensibilidad frente a su dolor.
Quien transcurre inconsciente a lo largo de su vida sin investigar de donde provino su persona y la de los demás, ni reflexionar hacia dónde va.
Quien ignora, desprecia y desarregla los valores objetivos, su correcta jerarquía y su significado profundo o esencial.
De acuerdo al talante moral originario de los mediocres, también podría distinguirse entre “mediocres buenos” y “mediocres malos”, circunstancias que se reflejan finalmente en el carácter teleológico de sus decisiones. Por ello la Doctrina Cristiana resalta tanto la importancia de la “intención” respecto a la calidad del acto moral tanto en la asunción de decisiones no realización de las conductas.
Como la mediocridad marca tendencia general, resulta indispensable que en las sociedades humanas existan mecanismos dispuestos para contenerla y no como ocurre ahora en el mundo, para alentarla.
Cabe aclarar que siempre existen niveles de mayor a menor mediocridad, que además pueden coexistir con otro tipo de astucias compensatorias las cuales en algunos sujetos pueden encontrarse altamente desarrollados.
El hombre verdaderamente sabio, es quien se encuentra consciente de sus propias limitaciones y de sus inevitable finitud mundana. También está consciente de la alteridad, en consecuencia.
La “brillantez”, inteligencia o cualquier otro talento no suelen ser solamente cualidades heredadas u originarias de las personas, aunque excepcionalmente pueden surgir de esa manera. También se adquieren mediante los buenos procesos educativos, la reflexión y la acertada asimilación de cierto tipo de importantes experiencias ocurridas durante la vida.
Los ámbitos en los que la “aurea mediocritas” es más perniciosa y por ello inadmisible, son primordialmente el académico, que debe fundamentarse en la meritocracia y el político y gubernativo, donde los afectados por los efectos de la incompetencia y el dispendio, son todos los habitantes de la Nación.
5.7 El Fracaso cualitativo de la Democracia.
Mientras que durante el siglo XX muchos países del mundo, incluido México, lograron avanzar significativamente en la construcción institucional de la democracia haciendo posible que los ciudadanos recuperaran su voto y éste fuese contabilizado confiablemente, a principios del siglo XXI esa misma democracia ha sido utilizada por dirigencias espúreas para acceder al poder y desde el mismo, proceder a derruirla pretendiendo el establecimiento de regímenes permanentes.
En Iberoamérica, diversos países han transitado con sus respectivas variantes por el camino descrito en el párrafo anterior, como son los casos de Nicaragua, Perú, Argentina, Bolivia y de alguna manera también Brasil, Chile y México. Omitimos dentro de esta clasificación a Cuba, porque el régimen político "unipartidista" que hasta la fecha tiene, es producto directo de una revolución, cuyos dirigentes se afianzaron en el poder desde un principio originariamente gozando de un gran apoyo popular, pero prescindiendo de procesos democráticos.
En la parte anglosajona septentrional de nuestro continente americano, los Estados Unidos manifiestan ya un grado de deterioro si nos atenemos a resultados políticos cuestionables de su democracia.
En el continente europeo y el medio oriente, las democracias de diversos países han ofrecido magros y hasta peligrosos resultados en las personas de sus dirigentes electos, como ha ocurrido recientemente en Inglaterra, Francia, Polonia, Hungría, Turquía, etc.
Cabe entonces preguntarse con sinceridad: ¿Qué es lo que ha fallado en los sistemas democráticos? ¿Estamos logrando los avances deseados o más bien nos enfrentamos a preocupantes retrocesos conllevando la potencial degradación de nuestros países? Todo ello nos invita a realizar una profunda reflexión sobre la esencia y evolución de la democracia, el uso que se le ha dado a la misma y los resultados políticos que finalmente se han obtenido en las naciones democráticas contemporáneas.
La democracia como medio de participación política, resulta plausible en cuanto permite y facilita la participación ciudadana para la organización y gobierno de la comunidad política. Su problema fundamental parece radicar en la adecuada selección de los candidatos, pues si éstos resultan competentes y responsables, la sociedad disfrutará de buenos gobiernos. En caso contrario, los propios ciudadanos encumbrarán a gobernantes cuyos comportamientos y decisiones operarán en contra de los intereses generales de la Nación. Así vista, la democracia no representa en sí misma la panacea para la atención y resolución de las grandes necesidades y problemas nacionales.
Hace 2500 años Platón ya advertía que valía mucho más un gobierno de personas que razonaran que un gobierno emanado de una muchedumbre que no razona.
Si por principio de cuentas nos enfocamos a un breve repaso de la evolución democrática de nuestro país durante los siglos XX y XXI, encontraremos el común denominador de una gran afición al poder y a la permanencia en él, por parte de la mayoría de quienes lo han alcanzado, desde luego con sus valiosas excepciones. Así entonces la lucha por la democracia fué realmente difícil y harto peligrosa, sobre todo en sus inicios.
Algunos gobernantes condescendieron en realizar simulaciones democráticas y practicaron toda clase de fraudes electorales, adrrogándose la facultad personal de continuar directa o indirectamente en el ejercicio del poder y designar caprichosamente a sus sucesores.
Esta situación se fué tornando insostenible a partir de la segunda mitad del siglo XX, lo cual obligó a una serie sucesiva y continuada de reformas electorales que culminaron con la creación de un órgano independiente para la organización de las elecciones y la
contabilización de los votos.
Gracias a ello se produjo el gran parteaguas político al inicio del siglo XXI se pudo expulsar del poder al tozudo grupo dominante que hasta entonces lo había monopolizado, dando lugar a la denominada "alternancia".
A pesar del gran logro alcanzado por la democracia, los frutos de tal alternancia acompañados de un enorme derroche de capitales políticos, resultaron con respecto a las expectativas ofrecidas, de insatisfactorios a muy insatisfactorios y posiblemente aún peor que eso.
¿Qué fué lo que sucedió? Consideramos a ese respecto que el avance logrado fué significativo en cuanto a la integración de un órgano electoral constitucional independiente capaz de conducir la organización de las elecciones y contabilizar con cierta confiabilidad los votos. Ello aunado a una incipiente justicia electoral.
Pero lo que no se pudo perfeccionar o siquiera corregir, fué el funcionamiento adecuado de los partidos políticos para encauzar las inquietudes de la ciudadanía y seleccionar candidatos más idóneos.
En tales partidos y los grupos de privilegiados que los conformaron, faltando a su función democrática, nunca se consolidaron eficientes mecanismos de democracia interna y abierta participación ciudadana. Prevalecieron preferentemente los grupos de influencia preconstituidos y allegados, así como las negociaciones y acuerdos privativos.
Si aunamos a lo anterior la carencia de filtros garantes de la calidad y auténtica
competitividad de electores y elegidos, los resultados saltaron a la vista.
Dicha situación propició que activistas sociales sin suficiente formación cognoscitiva y administrativa nacional e internacional, carrera gubernativa experimentada, acreditada vocación política y auténtica capacidad propositiva y de dirigencia, saltaran a la palestra. Incluso personajes de escasos escrúpulos.
Los regímenes autoritarios previos, si bien monopolizaron el ejercicio del poder, fueron hasta cierto punto un poco más cuidadosos en la valoración de los aspectos antes mencionados. Esto a partir de la alternancia, se hizo a un lado casi por completo.
Puede pensarse entonces, que nos encontramos actualmente aún frente a una democracia incipiente e incompleta, la cual requiere de importantes ajustes y filtros que propicien el advenimiento de mejores gobiernos, sin menoscabo de los derechos primigenios de todos los ciudadanos.
La gran cuestión es cómo lograr ese fundamental propósito sin recaer en el pragmatismo político, verticalidad o autoritarismo que siempre representan fuertes amenazas.
Claramente se observa que la semidemocracia actual no ha logrado el desarrollo de adecuados mecanismos para la selección de mejores candidatos para ocupar los puestos de elección popular. Tampoco existen auténticos mecanismos democráticos hacia el interior de los partídos políticos y la legislación electoral vigente ha resultado insuficiente en esta materia.
Si bien en el mundo entero las prácticas democráticas han facilitado y alcanzado las alternancias políticas, ello no ha logrado asegurar la presencia y operatividad de mejores gobiernos y en algunos casos, se ha retrocedido significativamente al respecto. Esa es la gran cuestión.
5.8 El racionalismo filosófico de Baruch Spinoza
A Baruch (Benito, Benedicto, etc.) Spinoza (Ámsterdam 1632 – La Haya, 1677), se le ubica entre los más destacados filósofos racionalistas, un tanto precedido tal vez por Aristóteles y Descartes, en cierto paralelismo con Leibniz, Bacon y Hobbes, así como fue también un muy influyente pensador en Hume,
Newton y Locke dentro de la variante racional empirista.
Estamos frente a una etapa compleja del evolucionar filosófico de la humanidad que había transcurrido más o menos tranquilamente al través de la pujante y sistematizadora filosofía griega, por la transcendente influencia del cristianismo, la alta escolástica medieval y la influencia naturalista cosmogónica del Renacimiento.
Después del racionalismo y del empirismo ya aludidos, aparecerá el triunfo incontenible social y académico del positivismo, fomentado por el enciclopedismo y la Ilustración y matizado de alguna manera por el idealismo filosófico alemán, los utilitarismos anglosajones, las dialécticas historicistas y materialistas, etc. etc. Pero un positivismo materialista y anticlerical al fin y al cabo adoptado en forma unánime por prácticamente todos los centros educativos, especialmente de enseñanza media y superior, proveniente y controlado por los órganos del Estado “post revolucionario” a partir de 1789, acabó imponiéndose.
Spinoza y su loable y complejo esfuerzo racionalista, representa entonces una relevante bisagra entre un mundo filosófico anterior, tradicional y teológico y un mundo nuevo maquillado, transformado, “des-teologizado”, con aspiraciones de humana autosuficiencia y básicamente materialista-empirista.
Sabemos que los padres de Spinoza eran judíos emigrados a España y posteriormente a Portugal y que huyeron finalmente a Ámsterdam. Spinoza recibió una importante formación ortodoxa hebrea no exenta de enfoques católicos-romanos. Sin embargo poco a poco nuestro autor se orientó hacia el realismo matemático cartesiano y la filosofía de Hobbes, alejándolo progresiva y definitivamente de las nociones bíblicas y tradicionales de su originario judaísmo.
Según Spinoza el superior conocimiento intelectual, conlleva a la verdad, mientras que el meramente sensible representa a una especie inferior del mismo.
Por otra parte señala que el objetivo de toda Religión consiste en un adoctrinamiento de las personas consecuente con una determinada forma de vida o “moralidad” (concepto a nuestro juicio inadecuado e insuficiente de esta última).
Algunos estudiantes e intérpretes califican dentro de la filosofía moderna al influyente racionalismo de Spinoza como un materialismo ateo y no como un panteísmo ya que si se significase una esencia superior, ésta recaería en la propia e inconmovible
“Naturaleza,” con carácter de substancia única y en cuya inserción solamente los objetos individuales o “modos” se mueven, transforman y cambian.
En este aspecto como continuador cartesiano, Spinoza atribuye a la razón, sin auxilio de los sentidos, la adquisición del conocimiento auténtico. Así entonces y según lo anterior, el racionalismo monista de Spinoza concluyó que la propia naturaleza, es causa de sí misma o “causa sui” en lo cual discrepa del dualismo de Descartes que considera una mente libre interactuante en un cuerpo como esencia de los seres humanos.
Hablando de la “teoría de las pasiones o afecciones” como buen racionalista, Spinoza sostiene que al hacerse el humano consiente de las mismas, éstas se convierten en voluntad. Al parecer nuestro autor identifica llanamente el modo humano del pensamiento, con el alma.
Conclusión personal: Tal vez bajo el rechazo personal de ciertas personas familiares y sociales y un supra valorado y excesivo racionalismo propio de la época, se haya trasladado nuestro pensador hacia una cosmovisión reduccionista y finalmente insuficientemente explicable de las dimensiones del mundo en que los seres humanos existentes nos encontramos insertos, conllevando adicionalmente un menosprecio total de signos, revelaciones y mensajes que anuncian la existencia de un mundo trascendente verdadero y multidimensional.
5.9 El origen histórico de nuestra identidad nacional
5.9.1 Aspectos definitorios de nuestra nacionalidad.
México, lugar del ombligo de la luna y del centro del maguey, heredero de la gran Tenochtitlán o lugar de Tenoch, macrourbe ubicada en el corazón del continente, es una Nación históricamente joven, cultural y biológicamente mestiza, dotada sin duda de identidad propia, heredera de una rica, plural y valorable tradición y muy favorecida por sus recursos naturales y posicionamiento geoestratégico. Muchos de los que en México nacimos nos sentimos orgullosamente mexicanos, tanto en las entrañas propias de nuestro país, como en cualquier lugar del extranjero. Reconocemos nuestros orígenes y los agradecemos, como veneramos familiarmente a nuestros padres y a nuestros abuelos, a nuestros familiares cer-canos y a nuestros buenos amigos, a todos aquellos a quienes debemos nuestro ser y nuestro acaecer.Tengámoslo o no clarificado, nuestra cultura padre directa y unificadora, fue la española de la historia moderna postrenacentista, desarrollada y extendida por individuos de una naturaleza singularísima y flama hasta hoy inextinta, la cual fue el resultado del entrecruzamiento de legítimas motivaciones medievales con un pensamiento cartesiano. Hijos de esa España y padres de sus proezas fueron los navegantes-descubridores, los capitanes-conquistadores, los soldados-colonos, los frailes-apóstoles y los historiadores, intelectuales y críticos que con claridad y valentía hicieron escuchar el registro de su voz disidente y creadora ante sus propias autoridades. Por esa España México creyó en Jesucristo y habló en español. Nuestra cultura madre a su vez, es el plural y rico conglomerado de etnias originarias que desde hacía miles de años se habían asentado en lo que hoy es el gran continente americano y en la parte de Norteamérica que a nosotros los mexicanos nos corresponde. Culturas por cierto originales, que viven actualmente en nosotros mismos y cuyo grado de desarrollo y organización, no exento de recíprocas relaciones e influencias, no dejó de producir profundo asombro ante los ojos y en las mentes de quienes las observaron por primera vez y aún hoy las continúan redescubriendo, sean propios o extraños.
5.9.2 El impacto histórico de América en el mundo.
América representó el origen mismo de la globalización constituyendo un vuelco de la historia universal, de la economía europea y de la propia evolución humana. Correspondió a un nuevo continente hasta entonces aislado y por los demás desconocido, imprimirle sus propias modulaciones a la ecúmene y a las nuevas nacionalidades americanas. Puede considerarse que la inserción del continente americano en el ámbito de la globalidad, no ha sido aún debidamente estudiada ni valorada, aunque ya se anuncie desde diferentes perspectivas por las mentes libres y lúcidas de quienes la han captado.
5.9.3 El centro geográfico de la nueva Nación
En un lugar privilegiado de esa América, que hoy es México, en su valle mesoamericano, cuenca hidrográfica única y cerrada de unos 9500 kilómetros cuadrados aproximadamente, con una altitud media de 2240 metros sobre el nivel del mar, rodeada por completo de atractivas serranías, custodiada por volcanes emblemáticos cuales centinelas de nuestra mexicanidad, nos tocó presenciar el nacimiento político e histórico de nuestra nacionalidad aunque sin duda en la actualidad cada patria chica, sea un México grande. La historia del Valle de México pudiera representar simbólicamente la de nuestro país en general, mediante el sincretismo del que somos fruto, con sus valiosas y plurales aportaciones regionales.
5.9.4 El pueblo guerrero mexica
El pueblo guerrero mexica o azteca, proveniente de regiones septentrionales, el mítico Aztlán, habiendo atravesado territorios de los hoy estados de Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Zacatecas, Michoacán, México y dirigido por sus sacerdotes bajo el culto de Huitzilopochtli, arribó tardíamente a las inmediaciones del Valle que denominarían de Anáhuac (rodeado de agua), en un momento en el que éste presentaba ya una importante ocupación. Asentados inicial y penosamente en las inmediaciones del valle y en Chapultepec, los mexicas subsisten durante varias décadas para al fin reconstruir su historia y decretar la fundación en 1325, de la que sería ciudad capital de su militarizado régimen: México-Tenochtitlán, la de la excelencia y la grandeza, la tierra-isla de Tenoch, la ciudad de la piedra-tétl, la del tunal-nochtli, la del águila de las galanas plumas, la del ombligo del maguey, el privilegiado lugar donde en el agua se ve la luna reflejada. La morada magnífica de la isla principal del mayor de los lagos, de los grandes templos y palacios y que tendría en su centro al gran Teocalli de Huitzilopochtli y Tláloc con sus numerosos recintos entre ellos el Calmécac. Imaginemos por un instante la mágica contemplación que del Valle de México y de su ciudad admirable pudo tenerse entre el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl en tiempos del apogeo del imperio mexica: Un gigantesco lago reflejando el cielo.... y en su epicentro, una pulcra ciudad asombrosamente edificada emergiendo entre sus aguas... la mítica y legendaria México-Tenochtitlán. A la cual arribarían los españoles un 7 de noviembre de 1519, permaneciendo hospedados en los palacios viejos de Motecuzoma durante largos meses, hasta su retirada y expulsión, acaudillada por Cuitláhuac, bajo el ronco y siniestro sonido de los caracoles de guerra, en aquella derrota legendariamente conocida como la devastadora Noche Triste.
5.9.5 Surgimiento del embrión de nuestra nacionalidad.
El embrión de nuestra nacionalidad, origen y síntesis de nuestro mestizaje histórico, quedó plasmado en el siglo XVI para toda la evolución posterior de nuestro México. Es obvio que las fechas de la historia se valoran, se determinan y se recuerdan en virtud de la trascendencia que para la humanidad tuvieron. No importaron, ni trascendieron, quienes aunque hayan pisado territorios, no dejaron huella de cultura, ni crearon nación. Los pueblos iberoamericanos en lo general y el pueblo mexicano en particular, somos grecolatinos por herencia cultural, mediterráneo-europeos por filiación e hispánicos por ascendencia directa, con las poderosas improntas y modulaciones de nuestro mestizaje americano. Correspondió a aquella España realizar la hazaña de engendrar un continente nuevo, dilatando sus confines hasta tierras donde a un mismo tiempo nunca se ponía el sol. Ese es un hecho histórico innegable a la vez que insólito y que aparecería prácticamente como milagroso si lo analizamos de manera meramente pragmática. Basta recrear las posibilidades de éxito para realizar semejante empresa, que iniciaron después del acto fundacional del municipio veracruzano, unas 250 personas ajenas al continente, sin posibilidades inmediatas de retorno, contando con quince caballos y unos primitivos arcabuces y morteros, frente a decenas de millares de guerreros decididos y curtidos en las más cruentas batallas. Fue en este caso un logro afincado no solamente en el “arte” físico de la guerra o en una muy supuesta superioridad de poder, sino en una sucesión de alianzas, arreglos diplomáticos y hábiles maniobras psicológicas que se conjugaron y acumularon con oportunidad frente a objetivos claros e indeclinables. Resultando en consecuencia el español, el primer imperio global del mundo moderno, por lo tanto el más envidiado y atacado en su momento, así como el idioma castellano el lenguaje universal de la época y la católica, refrendada por los hechos guadalupanos de 1531, la religión y la cohesión de todos. La proyección del “encuentro y conquista” militar, cultural, diplomático y espiritual de México realizado a partir de 1519, representó el primer hito fundamental de ese proceso de configuración nacional. Fue en la Cuenca del Valle de México, donde ocurrieron semejantes hechos de proyección histórica, quedando en ellos establecidos los prolegómenos de nuestra nacionalidad. El ciudadano actual que representa la síntesis del México nuevo, no es ni el indigenista originario con el que frecuentemente pretende identificársele, ni el europeo asimilado por más identificado y asentado que se encontrare en el nuevo continente mesoamericano. No es ni siquiera un determinado prototipo étnico, antropomórfico o cromático. Es alguien distinto, precisamente el resultado plural de ese mestizaje biológico y sobre todo cultural, que se inicia desde el siglo XVI, pero que tarda siglos en conformarse socialmente e irse consolidando para al fin manifestarse unificadoramente con los elementos esenciales que le son comunes, en toda nuestra Nación. Es el reconocimiento y asimilación de nuestros valores propios, es la espe-ranza promisoria de nuestro futuro.
5.9.6. Determinación y evolución de la Ciudad de México en la Capitanía General, Audiencias y Virreinato.
Por decisión unilateral de Cortés y contra diversos aconsejamientos, surge una nueva etapa configurativa en la ciudad capital del que se constituiría después en un centralizado virreinato que se asentó sobre las mismas ruinas que fueran de la gran Tenochtitlán, la que fuera imponente residencia del tlatoani azteca. Alrededor de la hispánica plaza central o mayor, con sus edificaciones bien conocidas y tradicionales, los barrios y pueblos se organizan, los mercados se reconstruyen, las comunicaciones se aprovechan y se levantan nuevos santuarios. De esa manera vuelve a crecer y a engrandecerse la ciudad defendiéndose con grandes obras de las frecuentes inundaciones.
5.9.7. La transformación del Valle de México y las pugnas culturales del momento histórico actual.
A partir de una zona ecológica idílica, espectacular y de conformación de lagos, chinampas, calzadas y canales, la zona geográfica identificada como la Cuenca de México se encuentra en tiempos presentes desecada y construida en su totalidad, salvo algunas escasísimas áreas remanentes y semiabandonadas de los antiguos lagos de Texcoco y de Xochimilco. Todo el valle se ha transformado en un denso y conurbado asentamiento humano de hierro, vidrio, cemento, tabique y automóviles, donde ya no existen aquéllos lagos, ni islas, ni acequias ni canales, ni casas, mercados, baños, pirámides o palacios que tanto caracterizaron a la antigua capital mexica y después connotaron a la ciudad virreinal, en su origen construida con las mismas piedras. Al imponerse las necesidades urbanas y de servicios de una enorme capital conurbada y millonariamente poblada, aunada a los desarrollos tecnológicos, el idílico paisaje natural y humano que los asombrados ojos de aquellos europeos primerizos pudieron contemplar, desapareció por completo. Pugna de anglosajonismo contra latinidad, antes impensable, ha caracterizado por siste-ma nuestros tiempos. Sin embargo de ello, la memoria histórica, cultural, geológica e hidrográfica del valle pervive, como perviven también los ingredientes esenciales de nuestra nacionalidad y eso es algo que a nosotros, sus actuales y futuros habitantes, no nos es dable olvidar. Lamentable resulta que desde hace décadas ciudadanos diversos e “intelectuales”, por incomprensiones, ignorancia, rencores ancestrales, miopías políticas o venalidad servil, hayan contribuido consciente o inconscientemente a sentimientos de inferioridad, odio, divisionismo, malinchismo, descontento étnico, inconformidad de origen, frustración de sangre y dislocación cultural, vale decir, a actitudes de consecuencias autolimitantes y destructivas, carentes de cualquier idealidad creadora y por lo tanto, incapaces de trascender.
5.9.8 Algunas fuentes documentales consultadas.
ALVEAR, Carlos; Historia de México; 2ed; Limusa; México 2001.
BARCLAY, Glen; Nacionalismo del Siglo XX; 1 ed; Fondo de Cultura Econó-mica; México; 1975.
BATAILLON y Rivière; La Ciudad de México; 1 ed; Edit. Sep Setentas; México; 1973. CABRERA, Carlos; El Nuevo Federalismo Internacional; 1 ed; Edit. Porrúa; México; 2004.
CABRERA Pontón Germán; El 12 de Octubre; 1 ed; Finisterre; Ecuador 0 0 0; 1967. Camelo, Rosa editora; Estudios de Historia Novohispana; 1 ed; UNAM; México; 1985.
DAVIDOW, Jeffrey; El Oso y el Puerco Espín; 1 ed; Grijalbo; México; 2003.
FUENTES MARES, José; Cortés el Hombre; 5 ed; Grijalbo; México; 1981.
GALLARDO Y VILLA, Jesús; Historia Sumaria de la Ciudad de México; 1 ed; Edit. Cultura; México; 1925.
HONORÉ, Pierre; En Busca de Quetzalcóatl. La Misteriosa Herencia de la Civi-lización Americana; 1 ed; Grupo Editorial Tomo; México; 2011.
HUNTINGTON, Samuel P; El Choque de Civilizaciones; 1 ed; Paidós; México; 2002. LEÓN-PORTILLA, Miguel; GARIBAY K, Angel Maria. Trayectoria y Antolo-gía; 1 ed; Edit. Porrúa; México; 2018.
MARQUESA CALDERÓN DE LA BARCA; La Vida en México; 1 ed; Edit. Hispano Mexicana; México; 1945. OLAVARRÍA, Roberto; México en el Tiempo. Fisonomía de una Ciudad; 1 ed; Talleres de Excelsior; México; 1945.
PEREYRA, Carlos; México Falsificado; 1 ed; Edit. Polis; México; 1949.
RICARD, Robert; La Conquista Espiritual de México; 1 ed; Edit. Jus; México; 1947. ROCHA, Arturo; Virtud de México. El Valor de la Tradición; 1 ed; Miguel Angel Porrúa; México; 2006.
ROSAS, Alejandro; Las Caras Ocultas de Hernán Cortés; 1 ed; Planeta; México; 2019.
RUTIAGA, Luis; Malintzin; 2 ed; Grupo Editorial Tomo; México; 2007.
SCHALRMAN, Joseph; México Tierra de Volcanes; 2 ed; Edit. Jus; México; 1951. VASCONCELOS, José; La Raza Cósmica; 4 ed; EspasaCalpe; México; 1976. Wikipedia; https://es.m.wikipedia.org/wiki/ Valle_de_México; Consulta 20 XI 2020.
5.10 Exégesis y trascendencia del pensamiento del Maestro de América Lic. José Vasconcelos Calderón.
Con seguridad sea dicho, el hombre de accción y de palabra más relevante para la vida nacional de la primera mitad del siglo XX y por qué no decirlo, posiblemente de todo el siglo, lo fue el “Maestro de América”, José Vasconcelos.
Síntesis de mexicanidad pujante y esperanzadora, el legado cultural y político de Vasconcelos continúa proyectado hasta el presente otorgándole dirección y sentido a nuestro devenir patrio, a nuestra síntesis nacional y a nuestros idearios y valores personales.
Vasconcelos puso su talento al servicio de las retadoras causas de nuestro país en momentos decisivos de su reconstrucción revolucionaria y posrevolucionaria, constituyéndose en un apóstol de la educación y de la cultura, así como en el idealista dirigente político que quiso enderezar las cosas mal pleneadas por el oficialismo pragmático y ambicioso del momento, sin lograrlo lamentablemente. Su profundo legado cultural, hoy casi desconocido por la mayoría de los mexicanos, pero que sin embargo vive en nosotros mismos, es un monumento literario que tenemos la obligación de repasar y actualizar si queremos mejorar nuestro destino histórico.
Hoy como ayer, México enfrenta ingentes retos tanto internos como externos que debemos atender si queremos desarrollar nuestro potencial como Nación y consolidar nuestro legítimo liderazgo internacional.
El acudir a la gran obra Vasconcelista, nos proporcionará las lecciones necesarias de perfecta vigencia actual, para afrontar estos retos de enorme envergadura.
Prácticamente nadie habló con el talento, la objetividad y la sinceridad de que hizo gala Vasconcelos. Hasta sus propios editores se ruborizaban con semejantes atributos. Y pretendían censurar sus obras, expurgarlas.
¿Cuál es entonces la síntesis de este monumental legado cultural vasconcelista?
a) La creencia firme y aceptación definitiva de nuestro valioso y superior legado cultural, que nos es propio, nos identifica, nos unifica como mexicanos y nos permite declarar orgullosos la Nación que somos y que seremos, construyéndola todos juntos.
b) La fraterna hermandad que sustentamos hacia todas las naciones latinoamericanas con las cuales compartimos mayoritariamente este mismo legado cultural, superando reyertas y diferencias menores que hayan podido distanciarnos.
c) La conciencia de nuestro muy relevante y definitivo papel histórico que hemos desempeñado todos los iberoamericanos frente al mundo en general y frente a las naciones hoy consideradas más “desarrolladas” en particular.
d) Y sobretodo, la confianza en un futuro promisorio que requiere de nuestra participación y responsable administración de nuestros bienes materiales y culturales en nuestras propias manos.
Concluyentemente, ¿Qué representa Don José Vasconcelos para nosotros en el momento actual?
La voz y el testimonio de un mexicano profundamente nacionalista, firmemente arraigado en lo más valioso de nuestra herencia mestiza hispánica, comprometido con máxima lealtad en la cruzada educativa nacional y visionario profeta de un futuro promisorio.
5.11 El lenguaje como logro cultural holístico.
Trátase el lenguaje, posiblemente, del mayor logro cultural de la humanidad. Esto, sin exageración sea dicho.
No representa solamente a un conjunto de signos, fonemas y grafías que bajo ciertas reglas tradicionales y estructuradas, permiten una comunicación pragmática entre los individuos y la sociedad.
Un lenguaje, cualquiera de los muchos que se ha habido y que actualmente existen, es mucho más que un simple código de comunicación.
Se trata de un enorme fenómeno cultural que aglutina una herencia histórica, un modo de ser, otro de pensar, una sensibilidad individual y colectiva, una carga ideológica, un bagaje informativo, una serie de códigos de interacción social, en suma una determinada Cosmovisión.
En el lenguaje queda entonces reflejado, diríase improntado, todo lo que hemos mencionado en el párrafo anterior.
El lenguaje representa sobresalientemente, la principal herramienta del pensamiento humano. Tampoco resulta exagerado afirmar de las personas en términos generales, que como hablan, piensan. O no lo hacen. Mediante el lenguaje, se exhiben las dotes intelectuales de los sujetos o a su vez se exhiben éstos, por carecer de aquéllas.
Pensar bien y por lo tanto, hablar y escribir correctamente, no son cuestiones que se deriven de la improvisación o solamente del deseo de lograrlo.
Es el fruto de un positivo y constante adiestramiento que supera con creces el “dominio” de una determinada técnica concreta, esto debido a la complejidad que implica y al cúmulo de información que se requiere. Podría calificarse de un proceso “holístico”.
La lógica del lenguaje indudablemente coincide con la del pensamiento, pero también la rebasa, toda vez que le añade multitud de inflexiones, intensidades y matices, que una serie de mecanismos lógicos “a secas”, no llegan a contener ni alcanzan. Esta podría ser una buena reflexión de análisis para la ahora denominada “Inteligencia Artificial”.
5.12 La personalidad controversial de Francisco Villa desde la perspectiva histórica.
Sin duda fué la de Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Pancho Villa, una de las personalidades más controversiales, pero también más definitivas de la Revolución Mexicana de 1910.
Hablamos de un joven peón perteneciente a la escala social más baja, marginado y sin mayores opciones de educación y de mejoría, inserto dentro de un régimen porfiriano social y político ya para entonces altamente estratificado y anquilosado, que logra alcanzar sin embargo las cumbres más elevadas a las que un ser humano pudiera aspirar. Amores y odios sin igual, fama nacional e internacional, una independencia y un poder casi omnímodos, triunfos militares imprevisibles e impresionantes, la atención estelar y elevado pago de honorarios por parte de los estudios cinematográficos del Hollywood de entonces, los sobrenombres del "Napoleón Mexicano", el "Robin Hood de México", el " Centauro del Norte", etc. etc.
Ríos de tinta se han derramado alrededor de este impresionante personaje, para bien o para mal. Valiosos estudios también se han formulado procurando encontrar su historicidad, más allá de las pasiones que generó, que le envuelven y que él mismo padeció a lo largo de su intensísima vida de 45 años, intempestiva y brutalmente cercenada por una banda de vulgares sicarios, mientras el mejor jinete de México conducía personalmente su moderno "Dodge Brothers" por las calles de Parral. En esa ocasión no llevaba su motocicleta "Indian", que también poseía.
Desde luego, fué nuestro personaje un sobresaliente talento natural, de esos que solamente surgen de cuando en cuando.
Posible hijo no reconocido de un hacendado rico de raíces familiares europeas, el caso fué que ese niño y ese joven nunca se conformó con el sombrío futuro al que su condición social le condenaba. Intuitivo, sensible y pasional hasta el extremo, Doroteo huyó de sus tristes orígenes para nunca jamás volver. El que alguna vez por esos lares anduvo y regresó, ya era otro y se llamaba Pancho Villa.
Un bandolero-guerrillero, acostumbrado a sobrevivir a "salto de mata" en las peores condiciones, expuesto frecuentemente a persecuciones y emboscadas, difícilmente se iba a asimilar a las órdenes institucionales recibidas de sus presuntos jefes. Villa actuaba por intuición y afinidad o simpatía, como también por prejuicios, odio y venganza, cuando se sentía traicionado. Ni con sus grandes y llorados amigos, era totalmente obsecuente, como no lo fué en su momento (para bien de la Revolución) con sus primeros jefes, ni con Madero, ni tampoco (para mal suyo) con el gran artillero Gral. Felipe Ángeles.
Con su particular sentido del valor y de la Justicia, Villa era más bien una fuerza de la naturaleza desatada, quien actuaba por convicción y decisión propias, ajenas por completo a institucionalidades castrenses o burocráticas. Tal vez por eso acabó peleándose con todo y contra todos.
Tampoco la obtención del poder republicano era su meta, como parece encontrarse bien documentado.
Una mejor perspectiva, tal vez más imparcial del personaje, nos la brindó el periodista norteamericano John Reed mediante su testimonio "México Insurgente", quien acompañó a Villa un buen rato y con quien este último platicaba de manera bastante íntima y sencilla.
Villa fué una persona de enormes contrastes, sin duda ejerció un gran carisma y alcanzó una extraordinaria popularidad, como nadie la tuvo. Al lado de sus características públicas buenas y malas, se nos aparece también un ser humano dotado de una genuina conciencia social, estrechamente preocupado e identificado con su gente, sensible y cariñoso con los niños, en lo personal generalmente atento con las mujeres y solidariamente generoso con los pobres. Todo ello con sus graves y hasta multitudinarias excepciones Su sobrevivencia hasta principios de los los años 20 podría considerarse casi milagrosa. Pero su muerte violenta y sádicamente grotesca, resultó también finalmente inevitable.
Pareciera que Villa se debatía siempre entre la fiera incontenible que llevaba dentro y el escrúpulo moral, tal vez impuesto por su madre, de llevar una vida honorable. Diversos pasajes de su existencia parecieran corroborar esa dualidad intermitente.
En todo caso, el surgimiento de la Revolución Mexicana convocado a partir del 20 de noviembre de 1910, ofreció a Villa la oportunidad de poner al servicio de la Nación las causas que rudimentariamente esbozaba dentro de su programa social y las notables habilidades guerrilleras y argucias que había desarrollado durante sus etapas de gavillero. Su ingeniosa intervención al frente de la División del Norte, permitió la culminación de la primera y decisiva etapa revolucionaria, así como la firma consecuente de los conocidos Tratados de Teoloyucan.
Posteriores escisiones surgidas dentro del movimiento revolucionario, ocasionaron que Francisco Villa terminara enfrentado y definitivamente derrotado ante el grupo revolucionario triunfante, ellos sí ambiciosos del poder, no sin antes arrostrar míticos episodios y producir incluso incidentes internacionales.
Concluyendo, se puede afirmar que Villa no fué exclusivamente el perverso bandolero asesino que sus malquerientes pintan, ni tampoco el alma bondadosa, caritativa, democrática y plena de ideales sociales que los apologistas quisieran adjudicarle.
Fué una combinación de ambas facetas o tendencias, pero también el guerrero que logró darle un cauce definitivo a la Revolución Mexicana y alguien que construyó su liderazgo con base en su propio mito, sin que otros ulteriormente y de modo artificioso, hubiesen de maquillarlo para poder atribuírselo.
Tuvo Villa momentos trágicos, pero también gloriosos, del tipo de aquéllos que casi nadie alcanza a paladear por mérito propio.
Queda entonces ante el amable lector decidir si la eficaz y decisiva participación revolucionaria de Villa, históricamente lo justifica.
5. 13 La polarización de la sociedad humana y su reflejo en el estado del siglo XXI o el primer cuarto de siglo de las revanchas antiglobalizadoras.
Si el quehacer político representa el reflejo de una realidad social, las prácticas “disruptivas” que hoy observamos y criticamos, deben considerarse con mayor profundidad y analizarse en su dimensión fáctica que han adquirido.
Los populismos de “izquierdas” y “derechas” que han aparecido sorpresivamente en el mundo de manera política y éticamente disruptiva, no pueden explicarse solamente por los engañosos carismas de sus protagonistas, algunos incluso sorprendidos debido a su inesperado éxito, sino que necesariamente reconocen la existencia de causas previamente existentes que propiciaron su surgimiento.
El fracasado experimento de la “globalización” en términos sociales y de mejoramiento económico de la población en general, aunado a la ampliación de canales y opciones democráticas puestas a disposición de los ciudadanos, configuró el caldo de cultivo propiciatorio de ese revanchismo y consecuente polarización, de poco informados sectores significativos de la población mundial, haciendo posible lo antes impensable: el empoderamiento de los impresentables populistas.
La sociedad humana y sus gobiernos, no solamente de nuestro país, sino de muchas partes del mundo, muestran significativos cambios respecto de los cuales las nuevas manifestaciones del quehacer político no representan el único indicador. Otros de ellos por ejemplo, son la música y el estilo de las canciones que gozan de la mayor popularidad actualmente. Otros más serían las tendencias subculturales generales y los modos de hablar y de vestir prevalecientes. Asimismo, el notorio cambio de las relaciones humanas interpersonales, familiares e íntimas. También podríamos hallar indicadores adicionales observando con atención las nuevas maneras que han surgido para hacer negocios, o deshacerlos, así como los cambios que se vienen perfilando en los mercados laborales, los nacionalismos exacerbados, las amenazas de balcanización, las revueltas y guerras internacionales y desde luego, no podemos desatender las diversas posibilidades que novedosamente han ofrecido los sorprendentes desarrollos materiales y tecnológicos a las organizaciones humanas y a la sociedad en general.
Durante algún tiempo se pudo pensar que la evolución social y cultural humana ocurriría de manera lineal y perfectible conforme a concepciones culturales y cánones éticos ortodoxos, pero parece que no ha ocurrido así. Fuera de que evolucionaran la solidaridad y el humanismo, se ha presentado un enorme avance del pragmatismo inmediato y del egoísmo en todas las escalas sociales.
Pareciera que en esta etapa del primer cuarto del siglo XXI prevaleciera una actitud belicosa, revanchista y en buena medida oscurantista por parte de amplios sectores de la sociedad que se estuvieran queriendo cobrar agravios y resentimientos reales o supuestos y que políticos oportunistas han logrado percibir y catalizar para alcanzar sus ambiciosos fines.
La falla principal de los gobiernos tradicionales anteriores, ha consistido en impulsar un desarrollo económico tal vez importante, creando riquezas nacionales acumulativas, pero concentradas éstas en muy pocas manos, sin procurar una mejor distribución de sus beneficios entre los sectores sociales mayoritarios. El gran problema de los gobiernos disruptivos de izquierdas o de derechas consiste en que los primeros aplican mecanismos de control o anulación de la indebida concentración de riqueza, mientras que los segundos favorecen aún más el enriquecimiento de plutocracias empresariales afines y cómplices, ambos careciendo de la capacidad de ofrecer soluciones alternativas para la creación y una adecuada distribución de esa riqueza productiva concentrada que sin embargo durante sus administraciones destruyen o manipulan, respectivamente. El resultado final suele consistir en un mayor empobrecimiento general de las naciones y sus correspondientes sociedades como resultado de la distorsión de sus cadenas productivas. En el discurso de despedida del Presidente Biden, se advierten explícitamente varias de estas desafortunadas circunstancias.
Los avances democráticos trabajados de buena fe por los activistas progresistas aunados a las perversiones manipuladoras de políticos y empresarios inescrupulosos, han abierto la posibilidad de que determinados sectores sociales resentidos, sean utilizados como carne de cañón electoral, sientan que cobran su revancha y supongan que adquieren relevancia después de prolongadas etapas de marginación. Hablamos de personas que actúan fundamentalmente con base en percepciones desinformadas, no exentas de malos sentimientos en su interacción social y bastante indolentes dentro de su quehacer. Con esas características, se trata lamentablemente de grupos de personas con poca educación y capacitación formal y en consecuencia poco eficientes que han perdido competitividad dentro de las cadenas productivas. Pero que muchos de ellos han logrado superar principalmente dentro de sectores laborales de informalidad o ilegalidad, sus precedentes carencias económicas, no así sus brechas psicológicas y culturales. Se trata también de sectores de personas laborantes que perdieron su trabajo, se vieron empobrecidos, fueron gravemente afectados por la inflación o se sintieron políticamente decepcionados por gobernantes globalistas o abusivos empresarios tradicionales. Mientras que paralelamente, los sectores laborantes indocumentados más competitivos se encuentran sujetos a amenazas constantes y prácticas de explotación económica y redituable mercadotecnia política.
Todo lo anterior ha impulsado la aparición de gobiernos nacionales, provinciales y locales impreparados e irresponsables en su quehacer, muchos de ellos solamente enfocados al manejo y acaparamiento del ejercicio del poder, al enriquecimiento personal y a la atención política hacia sus superiores, que no reconocen ni se interesan por los Derechos Humanos, ni las relevantes cuestiones ambientales que hoy por hoy están determinando el futuro de la humanidad. Además, estos gobiernos dentro de su irresponsabilidad, han desatendido sistemáticamente, funciones y servicios públicos que a la población deberían proporcionarles, desviando los correspondientes recursos públicos a otros fines, algunos de ellos inconfesables.
Y si lo anterior no fuera suficiente, han crecido notoria y violentamente los espacios ocupados por la criminalidad organizada con toda su secuela de inseguridad así como de nefastas consecuencias nacionales e internacionales.
La pregunta en el aire consiste entonces en determinar cuánto tiempo y esfuerzo llevará a partir del nuevo milenio y después de cuáles acontecimientos, alcanzar un proceso de mayor información, reconciliación, regularización y madurez de las sociedades humanas y de sus respectivas economías por la vía democrática.
5.14 Meditación sobre la evolución cultural humana y nuestro “estatus” actual en el primer cuarto del siglo XXI.
Nos encontramos en la culminación del primer cuarto del siglo XXI después de Jesucristo. Es indudable que el mundo actual se ha transformado notoriamente, aunque nuestra esencia humana permanezca incólume, desde que somos quienes somos todos los seres humanos.
¿Qué es entonces lo que tanto cambia con nuestro devenir evolutivo? Diría que han cambiado las características de nuestro entorno natural y urbano y cambian también nuestras percepciones y actitudes, mismas que se traducen en nuevos bagajes culturales e inciden en nuestras decisiones y comportamientos.
Esa transformación de nuestro entorno físico ha venido acompañada de notables adelantos tecnológicos que están modificando sin duda hábitos, formas de comunicación, sensaciones y procesos mentales de nosotros los seres humanos con una participación y fuerte incidencia en las nuevas y más jóvenes generaciones. Será interesante y muy importante establecer previsiones en nuestro futuro inmediato a ese respecto, pues no dudamos en afirmar que de alguna manera nos encontramos en un proceso de construcción y adaptación hacia una realidad virtual.
¿El realismo aristotélico y filosófico estará siendo superado?
Algo que parece evidente en estas áreas de las percepciones y comportamientos, que tal vez no representa nada nuevo, pero que adquiere cada vez mayor importancia es que debemos reconocer un notorio incremento entre las brechas generacionales, las cuales aparentan estar ensanchándose cada vez más y con gran rapidez, incomunicación y desconocimiento mutuo.
Por lo tanto valorar la presencia de tales relevantes cambios, no parece ya solamente un ejercicio útil desde una perspectiva de actualidad, sino un ejercicio indispensable para tratar de comprender a la sociedad actual.
Como apuntamos desde un principio, el gran elemento cohesivo de toda la humanidad, pretérita, presente y futura, es que compartimos la misma esencia, todos somos seres humanos, seres vivos, únicos, e irrepetibles en lo individual, pero todos hermanados en nuestra esencialidad. Nuestra esencia biológica y nuestra esencia mental o dicho de otro modo, nuestro cuerpo y nuestra alma.
Si atendiéramos comparativamente a un breve repaso de la evolución humana, tendríamos que reconocer épocas históricas obscuras de la humanidad y algunas otras posiblemente más excepcionales, luminosos y por lo tanto trascendentes.
La gran pregunta es: ¿en cuál de ellas nos encontramos ahora? Una prolongada etapa prehistórica, paleolítica y neolítica estuvo dedicada a la sobrevivencia más elemental del género humano y a la determinación de nuestra vertiente darwinianamente denominada “homo sapiens”. Sobrevivir, hemos dicho, tal vez con algún ingrediente genético menor del extinto “neanderthal” o de otros, según dicen los que de ello saben. Protegerse en cuevas o refugios primitivos, calentarse y alimentarse, eran las necesidades básicas a solventar.
Trátase de sociedades primigenias, tribales, nómadas, de pensamiento mágico, totémicas, dependientes del entorno natural, nómadas y nada luminosas, si en esos términos quisiéramos considerarlas.
Seres humanos homínidos según algunos, producto de una lenta evolución ocurrida bajo criterios científicos, biologicistas, materialistas. O bien, seres humanos caídos al abismo por la ocurrencia de una catástrofe no suficientemente esclarecida, según otros criterios religiosos, creacionistas, trascendentes.
Superada la prolongada y oscurantista etapa prehistórica, surgen grandes y soberbias culturas históricas sedentarias y organizadas pertenecientes al mundo antiguo, como lo fueron las culturas Chinas, Babilónicas, Egipcia, Fenicia, Indostánicas, Persas, Hebrea, Griega y Romana, por citar solamente algunos ejemplos, dejando de mencionar indebidamente tantos otros destacados casos. Todo una pléyade de manifestaciones humanas. Culturas y economías asombrosos, lenguajes evolucionados, obras y construcciones maravillosas y que hasta la fecha no dejan de sorprendernos, originando toda clase de admiraciones.
De toda esa riqueza humana cultural y en materia de infraestructura creada del mundo antiguo destacan indudablemente tres poderosas influencias conformadoras del prevaleciente mundo occidental actual: la Griega, la Latina o Romana y el Cristianismo.
Grecia inmortal. Si un pueblo de la antigüedad puede continuar asombrándonos filosófica, cultural y artísticamente de manera integral hasta el momento actual, ése es sin duda, el pueblo Griego. Sus aportaciones continúan avasallando. ¿Cómo fue que ahí, en un relativamente recóndito lugar, militarmente insignificante se alcanzó ese “momentum” de clasicismo tan perfecto? Me parece que los historiadores aún no logran explicarlo adecuadamente. Pero así ocurrió.
Las diversas ciudades-estado griegas, dispersas en la península del Peloponeso, distintas entre sí, vivieron también etapas difíciles, nebulosas, intrigantes y decadentes. Pero la principal de ellas, Atenas y en especial la constitución de Solón y el siglo de Pericles, nos brindaron su herencia inmortal. Sin desatender las enormes aportaciones científicas, literarias, artísticas y filosóficas de los grandes maestros griegos ubicados en sus correspondientes siglos helénicos y helenísticos. Una etapa humana de absoluta brillantez y excepcional trascendencia.
Roma, el más grande y último imperio de la antigüedad. Los latinos del siglo VIII antes de Jesucristo, rudos agricultores insignificantes y bastante primitivos, asociados con los etruscos y con los sabinos, lograron mediante su ilimitada ambición configurar al más sólido, duradero, organizado y extenso imperio de la antigüedad europea. Conquistadores absolutos del continente europeo, euroasiático y norafricano, impusieron sus dominio, sus tributos, su gobierno, su idioma, su comercio y su cultura a todos los pueblos de esa región del mundo conocido. El Mediterráneo se convirtió en el ”Mare Nostrum” y todo fue de ellos. Y entre sus múltiples logros aportaron al mundo, una gran contribución: el sistema jurídico románico. Y con el idioma latino vulgar impuesto en todo sus dialectos dominios, dieron lugar al surgimiento de todas las lenguas romances las cuales enriquecerían el bagaje cultural de las futuras nuevas nacionalidades latinizadas modernas e incluso de las disímbolas anglosajonías.
El militarista Imperio Romano, originalmente conformado en primitiva monarquía de dominancia etrusca, luego convertido en república pretoriana, consular y senatorial, se transformó posteriormente en un principado imperial, al cabo dividido e invadido en su etapa decadente. Su indiscutida hegemonía logró convertirlo en el vehículo político, administrativo, económico y cultural que proveyó e impulsó la creación de una pléyade de nuevas nacionalidades, muchas de ellas aún vigentes.
El Imperio Romano de Occidente fue tan organizado, sólido y simbólico, que su término ocasionó una disrupción caótica de enorme magnitud aprovechada principalmente por los rudos “bárbaros” de entonces para hacer de las suyas. El mundo que en sus comunidades no conocían y las vastedades políticas que en él estaban implicadas, estimularon enormemente sus ambiciones.
A la caída definitiva del Imperio Romano de Occidente en 476 dC, dos factores fundamentales contribuirían a la conformación social y cultural del nuevo mundo occidental: El Cristianismo y la herencia grecorromana, conservada y transmitida por el sobreviviente Imperio Romano de Oriente, ahora con capital en Constantinopla.
La Edad Media permitió la rápida configuración de las nuevas nacionalidades europeas, la revolución cultural renacentista y el surgimiento de las Universidades libres y creadoras de conocimiento.
La Edad Moderna consolidó y extendió los grandes imperios globalizadores como lo fueron por su orden de aparición España, Inglaterra y actualmente todavía Estados Unidos.
De la combinación de tales poderosas influencias imperiales con culturas históricas originarias, han surgido grandes nuevas nacionalidades americanas y han resurgido readaptándose por cuenta y orgullo propios, antiguas sociedades milenarias como las que encontramos en China, en la India e incluso en el Medio Oriente y en Africa.
Las nuevas demografías urbanas concentradoras de población y demandantes de servicios y bienes de consumo, la Revolución Industrial, proveedora efectiva, creativa y masiva de tales demandas, así como los sorprendentes desarrollos tecnológicos alcanzados por la humanidad, han dibujado, mundializado y puesto a disposición de miles de millones de ciudadanos del orbe, las nuevas facetas de sus formas de vida y esparcimiento.
Si observamos en retrospectiva algunas de las etapas históricas evolutivas de la humanidad, nos puede parecer que se han vivido épocas oscurantistas, políticamente frágiles e incluso que podríamos calificar de retrógradas.
Tal seria posiblemente el caso histórico-general de la Edad Media Europa principalmente en sus primeros siglos.
También en similares términos podrían citarse casos nacionales como el de China durante buena parte del S. XIX y del S. XX. O talvez el de India en semejantes temporalidades.
Sin embargo, las tendencias históricas generales parecieran finalmente consolidarse separados esos tramos difíciles y revanchistas a veces prolongados como el de la Unión Soviética que con frecuencia se hacen presentes y transmiten a los pueblos sus facturas, fruto entre otras ocasiones de sus desequilibrios internos y externos.
Esa podría ser la situación contemporánea que vivimos hoy por hoy América del Norte, o las disrupciones violentas sufridas en el Medio Oriente y en el Cáucaso, así como en otras importantes regiones musulmanas.
La gran pregunta consiste en determinar cuál será la tendencia evolutiva para los países que con sus diversos y acentuados matices triunfará finalmente a lo largo de la Historia.
El análisis podría realizarse destacando las principales virtudes y defectos de algunas de las más señaladas características de nuestra evolución humana.
Por ejemplo, si empezamos con la Revolución Industrial y el brutal capitalismo que ha alcanzado a configurar, habrá que reconocer como su principal virtud, la imbatible eficiencia productiva que ha logrado y como su principal defecto, su manifiesta incapacidad distributiva de la riqueza. En un futuro próximo habrá de implementarse un capitalismo productivo con mayor responsabilidad social.
Continuando con la necesidad de satisfacer las indispensables y crecientes demandas de energía de nuestras sociedades contemporáneas, el ciclo de los hidrocarburos, que desde el siglo XIX mucho se ha prolongado ya, tendrá que alcanzar una declinación previsible, como recurso no renovable que es y cuyo consumo desperdiciado en términos de aprovechamiento energético, resulta también intolerablemente contaminante. Así entonces el futuro mediato previsible habrá de afrontar inexorablemente la utilización masiva de energías alternativas mas limpias, como son la eléctrica con sus diferentes sistemas productivos, la nuclear y la derivada del hidrogeno, por ejemplo.
5.15 El nuevo siglo y milenio comienzan en modo trágico y obscurantista.
(Marzo 2025)
Se ha dicho y reiterado tal vez sin suficiente fundamento, que la Edad Media representó a un período obscurantista de nuestra evolución histórica.
Cuestionable el anterior aserto, al menos en significativa parte, si consideramos solamente algunas de las luminosas aportaciones medievales que han transformado positivamente al mundo y que nos enriquecen hasta la fecha, como fueron el Renacimiento cultural, el surgimiento de las nuevas nacionalidades, la brillante aparición de las lenguas romances o la creación de las instituciones universitarias libres, siendo la Universidad posiblemente la mejor de nuestras instituciones sociales actuales.
En cambio el mundo contemporáneo parece transitar por una etapa de lamentables tropiezos evolutivos, caracterizada por una mediocridad cultural generalizada a la vez que agresiva, por constantes divisionismos, insultos y enfrentamientos, guerras, migraciones desesperadas, dirigencias obtusas, por una ausencia de ideales superiores, un elevado grado reprobable de materialismo, una crisis generalizada de principios y valores, así como las lamentables consecuencias ocasionadas por todo lo anterior, como son grandes fenómenos de corrupción, un auge inadmisible del engaño y la simulación y un desmesurado crecimiento de la criminalidad, la inseguridad y la violencia.
Ante tal panorama bien puede afirmarse que la humanidad atraviesa por una etapa de incertidumbre acerca de su futuro, de graves tribulaciones y por lo tanto de un severo obscurantismo moderno. Todo ello a pesar del extraordinario avance tecnológico que se ha alcanzado y que debiera servir para un desarrollo cultural y económico, que muy lejos estamos todavía de que se produzca.
Algunos de los grandes retos y problemáticas que actualmente confrontan las sociedades y naciones del siglo XXI, se encuentran entre los siguientes:
A). Guerras regionales incontroladas, muy destructivas y crueles, que implican actuaciones abusivas, persecuciones e incluso genocidios.
B). Crecimiento e internacionalización del consumo de estupefacientes y psicotrópicos y consecuentemente del crimen organizado.
C). Ascenso y fracaso económico y administrativo de gobiernos improvisados, simuladores, divisionistas e irrespetuosos de los demás poderes públicos y otros órganos legales especializados.
D). Profundas violaciones a los atributos fundamentales de las familias, de los derechos humanos, de la dignidad de las personas y de sus cuerpos e incluso existencia de campos de concentración, deshumanización y exterminio.
E). Desatención crónica y aguda a la formación y educación de las nuevas generaciones.
F). Deterioro generalizado de la prestación de servicios públicos de primera atención ciudadana, principalmente aquéllos enfocados a grupos vulnerables.
G). Fenómenos migratorios muy importantes, voluntarios o forzados, que impactan severamente y transforman a las sociedades y economías de los países y regiones recipiendarios.
H). Ruptura de equilibrios geopolíticos, alianzas tradicionales y vínculos comerciales, a cambio de la práctica de una tolerancia e incluso malsana convivencia con gobiernos de ciertos países inadmisibles debido a su carácter antidemocrático y dictatorial.
I). Decisiones retrógradas en materia ambiental y ecológica, así como un permanente accionar en contra de los sistemas naturales, la biodiversidad y el desarrollo sustentable.
J). Enfermedades y pandemias de naturaleza muy destructiva, que han alterado significativamente la vida social y económica del mundo.
Son graves las situaciones que se han presentado en el momento actual, pues amenazan la paz, vulneran los derechos humanos fundamentales, cancelan opciones de superación cultural y aherrojan a los ciudadanos ante gobiernos de corte autocrático.
5.16 Cambios dramáticos ocurridos en la evolución socioeconómica de norteamérica y su impacto en la población actual generando nuevas dirigencias políticas.
Sabemos que las sociedades humanas son siempre evolutivas como resultado de su natural dinamismo y que la caracterización definitiva de sus diferentes etapas no siempre se facilita debido a la progresividad con que ocurren esos cambios y a la dificultad que experimenta el observador o analista de los mismos para poder apreciarlos y valorarlos en sus aspectos más generales.
Sucede entonces que tales cambios significativos nos toman por sorpresa y ocasionan vuelcos inesperados en la evolución que se preveía de los fenómenos culturales y económicos de las naciones y del mundo.
Sin embargo, no dejan de presentarse momentos de alerta que inducen a la reflexión en la búsqueda de explicaciones vinculadas a la ocurrencia de tales fenómenos.
Si nos centráramos ahora en los Estados Unidos de Norteamérica, cabría preguntarnos qué ha ocurrido con una parte significativa de la población de ese país para auspiciar la aparición de poderosas dirigencias políticas disruptivas, que bien podrían calificarse de contradictorias y hasta retrógradas.
Algo muy serio subyace dentro de un buen sector de la población norteamericana, para que tales fenómenos políticos hayan tenido lugar. Algunos ya hablan, entre otros factores, de la paulatina destrucción de la clase trabajadora blanca. Previamente ocurrida con una parte de la población
afroamericana.
Hay quienes señalan que sectores tradicionales de etnias "blancas" de bajo perfil educativo han acumulado niveles de frustración e infelicidad suficientemente graves como para renunciar a metas vivenciales de superación familiar, mejor calidad de vida, atención médica, etc. y caer en el falso refugio del alcoholismo y las toxicomanías. La pérdida de millones de empleos entre el sector de trabajadores blancos ha representado una de sus principales causas. Como consecuencia de ello, la esperanza de vida de tal segmento social se ha visto disminuída y las tasas de violencia y de suicidio se han elevado considerablemente.
Ante los cambios experimentados por sectores manufactureros tradicionales e industriales estadounidenses, muchas personas han visto disminuidas o de plano extraviadas sus oportunidades de vida digna y empleo suficientemente remunerado. La carencia de una educación formal de mayor nivel y el muy difícil acceso hacia ella, les ha impedido adaptarse a nuevas modalidades de integración laboral y tales personajes han engrosado las filas de la marginalidad acumulando frustraciones, resentimientos y escapismos. A ellos no alcanzaron los beneficios de la "globalización" ni les abrieron las puertas las exigentes complejidades de la nueva sociedad norteamericana. La ausencia de servicios eficientes de salud y de familias constituidas que pudieran atemperar la situación y brindarles refugio humano, así como la carencia de sentido de pertenencia a una comunidad y la ruptura frecuente de uniones matrimoniales, ha afectado tanto a jóvenes, como a personas de la mediana edad y ha contribuido al agravamiento de la situación, conduciendo a estas personas al desánimo y a la desesperación. Bajo esa percepción, toda otra persona empleada se convierte así en un competidor e incluso en un enemigo si proviene "ilegalmente" de otros países para "robar" a los propios, las oportunidades de trabajo a que no tienen derecho.
Un caldo de cultivo perfecto para dirigentes y políticos astutos quienes percibiendo con agudeza esta infortunada circunstancia, arriban con el ofrecimiento de medidas enérgicas "salvadoras" para componer la situación.
Ante estos fenómenos, las vías de solución eficientes requieren de una elevada dosis de responsabilidad, auténtico humanismo, atención directa a la problemática e inversión, tanto pública como privada, la cual generalmente no resulta fácilmente disponible o sencillamente se descarta por su inmediato carácter improductivo.
Son más fáciles y económicas las propagandas demagógicas y las declaraciones mesiánicas propaladas por aquéllas dirigencias políticas que se conforman o convierten en su "leit motiv" el acceso y ejercicio del poder.
Frente a todo esto cabría cuestionarse cuál será el futuro del capitalismo frente a su antigua y reconocida inserción social la cual seriamente se ha venido deteriorando.